Brasil perdió 16.557 km2 (1.655.782 hectáreas) de cobertura de vegetación nativa en todos sus biomas el año pasado”, frente a 13.789 km2 (1.378.929 hectáreas) en 2020, detalló la plataforma colaborativa Mapbiomas, de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada, que compila datos provenientes de diferentes sistemas de mapeo satelital.

El 59 % del área deforestada en 2021 se concentró en la Amazonia, seguida por el Cerrado (la sabana brasileña), que respondió por el 30,2 % del área talada, la Caatinga (semiárido del noreste) con 7 %, el Bosque Atlántico con 1,8 % y el Pantanal con 1,7 %.

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“Solo en la Amazonia, se deforestaron 111,6 hectáreas por hora, o 1,9 hectáreas por minuto, lo que equivale a cerca de 18 árboles por segundo”, agregó Mapbiomas, una red de oenegés, universidades y empresas de tecnología.

La agropecuaria se mantiene como el principal “vector de presión” de la deforestación, respondiendo por casi el 97 % del área talada. En el estado de Pará (norte), la minería ilegal también fue un vector “expresivo”, según Mapbiomas.

En los últimos tres años, período que coincide con la llegada del ultraderechista Jair Bolsonaro al poder, la superficie deforestada en todos los biomas alcanzó los 42.000 km2, “casi el área del estado de Rio de Janeiro”, de acuerdo con el informe.

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Ambientalistas y opositores acusan al gobierno de Bolsonaro de fomentar la devastación con su retórica a favor de la explotación comercial de la Amazonía y de debilitar los organismos de control ambiental.

Datos oficiales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) muestran que entre enero y junio de 2022 la porción de la selva amazónica que se ubica en Brasil perdió 3.988 km2 por la deforestación, un récord para un primer semestre del año desde 2016, inicio de la serie de registro del Sistema de Detección de Deforestación en Tiempo Real (Deter) basado en alertas diarias.

Las cifras oficiales muestran que desde que Bolsonaro asumió el poder en enero de 2019, la deforestación anual promedio en la Amazonía brasileña aumentó 75 % respecto de la década anterior.