Hace 4 años, su incontrolable deseo la llevó a arrancarse la uña del dedo pulgar casi por completo, por lo que la piel le quedó negra. La joven le confesó a LADbible que se sintió avergonzada de mostrársela a su familia o a sus amigos, así que simplemente dejó pasar el tiempo.

A mediados de este año, ella acudió a un doctor para averiguar sobre lo que le pasaba a su uña y fue así como se enteró de que tenía un raro cáncer de piel conocido como melanoma subungueal lentiginoso acral.

La joven aseguró al portal que siempre fue “muy consciente” de lo negras que estaban su uña y su piel, pero se sintió tan apenada, que prefirió usar uñas postizas para evitar que los demás se dieran cuenta.

Uñas mordidas

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Agregó que en un primer momento acudió a su médico personal, quien la remitió con dos cirujanos. Aunque pensaron que todo se solucionaría con quitarle la uña y colocarle un injerto de piel, después de una biopsia y otros exámenes, tuvieron que amputarle el pulgar.

Para recuperarse, Courtney tuvo que suspender sus estudios en Psicología en la Universidad de Griffith. Además, desde ahora y por los próximos 5 años, la joven tendrá que  estar bajo supervisión de su cirujano.