Aunque ni la familia ni el abogado de la excongresista colombiana han sido notificados e informados dónde está encarcelada, ese medio se aventura a decir que Merlano está en ‘La Tumba’, donde los servicios de inteligencia de la dictadura venezolana cometen torturas en busca de información.

La abogada Támara Suju le dijo en algún momento al portal Infobae, recuerda El Tiempo, que esa cárcel antes era una bóveda de un banco y que fue convertida en 7 celdas con luz y aire artificial prendidos las 24 horas del día.

Otro que estuvo en ‘La Tumba’ y vivió para contarlo es el activista Lorent Saleh, que describió de la siguiente manera la temible celda al diario El Mundo.

“‘La Tumba’ es un centro de tortura. Está ubicado cinco pisos bajo tierra, en un edificio del centro de Caracas llamado Plaza Venezuela, sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional. Es un laboratorio creado para la aplicación de un tipo muy particular de torturas. Un lugar sofisticado, moderno”, explicó Saleh en 2018 al rotativo español, luego de pasar 4 años preso en ese lugar.

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Dentro de esa cruda descripción, el activista dijo que ese espacio es estético, limpio y tecnológico, todo lo contrario a ‘El Helicoide’, la prisión de la dictadura donde llevan a presos políticos y donde hay un gran hacinamiento.

“Todo brilla. Todo es limpio y blanco. El silencio es absoluto; la soledad es completa. Parece un manicomio futurista”, añadió Saleh a El Mundo.

Sin embargo, a pesar de que este sería el centro de tortura por excelencia del chavismo, dice El Tiempo, Aída Merlano no estaría siendo maltratada, sino todo lo contrario.

Incluso, especula el mismo diario, estaría recibiendo trato especial por parte de Gustavo González López, director del Sebín (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), para que la exsenadora entregue información importante que le sirva a Maduro.