Estos narcotraficantes están sujetos a la jurisdicción de Estados Unidos, anunció el lunes la fiscal federal interina del Distrito Medio de Florida, Karin Hoppmann.

Los seis, todos hombres con edades comprendidas entre los 40 y 54 años, integraban una organización criminal transnacional de narcotráfico que usaba embarcaciones autopropulsadas semisumergibles, conocidas como ‘narcosubmarinos’, para enviar la droga desde Colombia por el Océano Pacífico hasta Oaxaca, México, dirigida al Cartel de Sinaloa, indicó el Departamento de Justicia en un comunicado.

De acuerdo con sus mea culpa, el menor del grupo, Fernando Pineda Jiménez, alias “Padrino”, de 40 años, era el jefe de la organización. El resto cumplía diversos roles, desde supervisar la seguridad en los sitios de fabricación de las embarcaciones hasta hacer los cascos de fibra de vidrio con los que las construían.

Pineda Jiménez y cuatro de los acusados — Luis Ernesto Pérez Quevedo, alias “Acuerpado”; Adrián Luna Muñoz, alias “Vaca”; Yesid Eduardo Torres Solís, alias “Perro”; y Héctor Ruiz Angulo, alias “Maestro”– enfrentan un mínimo de 10 años de cárcel hasta cadena perpetua por cargos de distribución de cocaína.

Completa el grupo Rodrigo Pineda Torres, alias “Gordo”, ya condenado a 11 años y tres meses de prisión federal.

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Otros dos colombianos fueron procesado con relación a este caso: Jimmy Riascos Riascos, encargado de instalar los motores de estas embarcaciones y sentenciado en enero de 2020 a 24 años y cuatro meses de prisión, y Alonso Pineda Torres, alias ‘Galladita’, quien aguarda sentencia.

Según los documentos judiciales, tres “narcosubmarinos” fueron interceptados en aguas internacionales por Estados Unidos en julio y agosto de 2015 y en marzo de 2016, con 6.900, 6.845 y 5.824 kilogramos de cocaína, respectivamente.

Una “parte sustancial” de esa droga tenía como destino final Estados Unidos, indicaron los investigadores, precisando que otro “narcosubmarino” vinculado a Rodrigo Pineda Torres fue incautado en octubre de 2017 en Colombia antes de ser cargado con cocaína.

Estados Unidos, que históricamente ha financiado la lucha antidrogas, es el mayor consumidor de la cocaína colombiana.