El cura argentino Horacio Corbacho fue sentenciado a 45 años de cárcel y el italiano Nicola Corradi, a 42, según el fallo leído este lunes en el tribunal.

En los dos casos, se consideró como agravante que eran responsables de la guarda de los chicos y ministros de culto, así como el hecho de que las víctimas eran menores de edad y que convivían con sus abusadores en el internado.

Papa Francisco

Artículo relacionado

Vaticano, avergonzado por caso de curas pederastas en EE. UU.

También fue condenado a 18 de prisión el jardinero del centro de enseñanza, Armando Gómez, por “abuso sexual con acceso carnal”.

Los condenados escucharon la sentencia sin pronunciar palabra.

La justicia consideró 25 casos de abusos, registrados entre 2004 y 2016, según se ventiló durante las audiencias. Se evaluaron los testimonios de 13 víctimas tomados en cámara Gesell, en la que los niños declaran ante psicólogos sin saber que son escuchados por el juez.

Una de las víctimas que narró los abusos, Ezequiel Villalonga, actualmente de 18 años, había declarado a la AFP al inicio del proceso judicial que “era muy mala la vida ahí adentro del instituto de Próvolo”.

El Próvolo fue cerrado en 2016 a raíz del escándalo.

“Nosotros no aprendíamos nada, no teníamos comunicación, no sabíamos lengua de señas, escribíamos y no sabíamos qué, preguntábamos a otros compañeros y, también, nadie entendía nada”, dijo Villalonga.

Papa Francisco

Artículo relacionado

Papa Francisco manifiesta “dolor y vergüenza” por abusos sexuales en la Iglesia

Su declaración estuvo auspiciada por la ONG de defensa de los derechos humanos Xumek (sol, en lengua indígena huarpe), a la que pertenece su abogado.

Los querellantes, en su mayoría familiares, habían solicitado la pena de 50 años de cárcel para los acusados.