El asesinato de Nusrat Jahan Rafi, que falleció a causa de las quemaduras recibidas en la azotea de su colegio, provocó protestas en todo el país promovidas por grupos defensores de derechos humanos que denunciaron el incremento de los abusos contra las mujeres.

“Hoy hemos presentado cargos contra 16 personas en la corte, recomendándoles el mayor castigo. Tomamos en consideración los testimonios de 92 testigos antes de presentar los cargos en su contra”, dijo el jefe de la Oficina de Investigación de la Policía, Banaj Kumar Majumder.

El investigador principal del asesinato, el agente Mohammad Iqbal, adelantó que los detenidos, incluido Siraj-ud-Daul, uno de los principales maestros de la escuela secundaria, fueron acusados por los delitos de homicidio e instigación al crimen.

“Además del acusado principal, Siraj fue acusado de ordenar el asesinato. Cinco personas fueron señaladas por participar directamente en el asesinato, y otras por incitar al crimen”, dijo.

El ataque a la joven Nusrat se produjo el pasado 6 de abril, cuando varios individuos ocultos bajo un burka, entre ellos al menos dos compañeras, la engañaron para que subiera a la azotea del colegio, donde le exigieron que retirara la denuncia de acoso sexual contra el director del centro.


Al negarse, la rociaron con queroseno y le prendieron fuego. Nusrat moriría cuatro días después en un hospital, luego de padecer quemaduras en el 80 % del cuerpo.

El hermano de la joven, Mahmudul Hasan, explicó que después del ataque, cuando se dirigía en ambulancia al hospital con Nusrat, su hermana le dijo que “los atacantes la presionaron para que retirara la denuncia, pero ella lo rechazó”.

El testimonio de su hermana fue grabado con el teléfono móvil.

Los atacantes intentaron hacer parecer el incidente como un suicidio, según la policía.

Organizaciones locales, como Odhikar, aseguran que en 2018 al menos 47 mujeres, incluidas 32 menores, murieron después de ser violadas en Bangladés y que se documentaron unos 635 abusos sexuales.