A los 11 años supo que quería aprender a tocar instrumentos de viento. Eligió la trompeta y ha sido esta su compañera por más de 25 años, aunque en aquella época, para el niño Yohanny Díaz Méndez —que iniciaba en la música sinfónica—, la trompeta tenía la forma de un saxofón.
“Alba Jaramillo Gaviria, la directora de la casa de la cultura de entonces, fue con un profesor, que había llegado de Caldas, al colegio para difundir la convocatoria de los programas de música. Yo me animé y me decidí por un instrumento de viento. En mi imaginación, la trompeta era como un saxo. Recuerdo que cuando el maestro nos pidió que sacáramos los instrumentos a mí me pareció muy rara. Así inicié como trompetista, estudié en la casa durante 9 años”, cuenta el músico.
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Nació en Calarcá en 1984, culminó su bachillerato en el Instituto Tecnológico de la “Villa del Cacique” en 2002. Antes del terremoto, alrededor del año 1998, participó con la banda del municipio en diversos concursos en los que logró primero lugares.
“Recuerdo especialmente 2 en los que quedamos con un grupo de 16 músicos, en segundo lugar, era un concurso en Paipa.
En San Pedro, Valle, conseguimos el primer lugar. Son momentos muy lindos que nos dio la música”.
Él sabía que su destino era la música, no obstante, por ciertas dificultades, tras culminar el colegio trabajó como mesero hasta que lo invitaron para trabajar con un grupo de mariachis en Armenia. “Yo les dije que nunca había tocado esa música, pero ellos insistieron en que era talentoso y las cogía rápido. Con ellos trabajé por 9 meses”.
Ha sido docente de bandas de música. Empezó como director de la banda de Génova y un año más tarde lo invitaron a hacer parte de la agrupación de Luis Alberto Posada. “Eso fue algo que nunca imaginé. Fue muy bello. Me pasaron el repertorio y empecé. Con él estuve hasta el 2010, tocamos 5 años e hicimos giras por todo Colombia, Estados Unidos y Europa”.
Se retiró de la agrupación de Posada para iniciar la licenciatura en Música de la Universidad Tecnológica de Pereira. Se graduó en el 2014. Como trompetista se formó con los maestros: Juan Carlos Valencia, Juan Fernando Avendaño, Óscar Fernando Trujillo, Danny Jiménez.
También fue docente en la banda de Montenegro y Córdoba y se desempeñó como director de la escuela de música del municipio de Calarcá entre 2016-2019.
Ha hecho parte de agrupaciones en el departamento como la Banda Departamental del Quindío, la Orquesta Chicón, Complot Orquesta, la agrupación Musical Guitarra y Rumba y Esencia Latina Orquesta. Además, ha tocado con las orquestas: Internacional Los Niches, Matecaña Orquesta y el Grupo Bemtu.
Para el 2018, en Berklee College Of Music, en Boston Massachusetts realizó un recital de música colombiana con trompeta y piano con Héctor Vargas Bonilla.
En la actualidad, vive en Tampa, Florida, en los Estados Unidos. “En el 2020, en medio de la pandemia, surgió este viaje, todo estaba muy difícil entonces se dio esta oportunidad. He podido tocar con diferentes grupos, acá hice una gira con Luis Alberto Posada, el Charrito Negro, la Sonora Dinamita. Aquí toco con mariachis y orquestas de salsa. He compartido escenarios con cubanos, peruanos y puertorriqueños, eso enriquece mucho”.
Sobre su instrumento, Díaz Méndez dijo: “La primera vez que agarré la trompeta la puse en mis labios y sonó de una. Fue automático y algo muy bonito. Son cosas de Dios, seguramente él quería que yo fuese músico y trompetista. Me gusta mucho porque la trompeta es muy versátil, se usa para tocar jazz, música clásica, merengue, mariachi, en fin, es muy bella”.
La música tropical y popular han sido los géneros en los que se ha desarrollado su carrera musical. “Esta música es de las más sonadas porque son canciones de despecho, como lo decía Darío Gómez, o las que se ponen en la rumba. Estas canciones llegan a la gente e impactan mucho”.
Sobre la actualidad de la cultura, expresó preocupación. “El sector cultural en Colombia es de los más afectados. La poca inversión que se hace en el Quindío a la cultura inquieta mucho, a eso se suma que se desconoce qué pasó con la banda departamental. En esta administración no se ha visto. Además, no hay pregrado en música. En el Quindío hay mucho talento, pero pocas oportunidades”.
Para Yohanny Díaz la música ha sido todo. “Nací en un barrio muy humilde, el Giraldo. Gracias a la música vi que era posible salir adelante y superar las problemáticas que allí se presentan”.
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