El Palacio confirmó la llegada del nuevo integrante de la familia real, noticia que da pie para recordar los protocolos que existen para este tipo de acontecimiento en Inglaterra:

– Hubo un tiempo en que el ministro de Interior debía asistir al nacimiento del bebé real para asegurar su legitimidad. Esta tradición fue abandonada en 1936, tras el nacimiento de la princesa Alexandra, prima de la reina Isabel II.

William, en cambio, estuvo en el parto, como ya hizo con sus dos primeros hijos, y como lo hicieron antes el príncipe Carlos (su padre) o Alberto, el marido de la reina Victoria.

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– La reina, el primer círculo de la familia real y los padres de Kate fueron inmediatamente informados.

– Después, los súbditos de Su Majestad conocieron la noticia mediante un mensaje en la red social Twitter, un comunicado a la prensa, y con la proclamación firmada por los médicos reales y colgada en el patio de Buckingham.  

– Para celebrar la buena nueva, se disparan salvas de cañón en Londres. La Union Jack es izada en todos los edificios oficiales.

– El secretario privado de la reina informa a los gobernadores generales de la Commonwealth.

El nombre del niño podría no ser desvelado hasta varios días después: los británicos tuvieron que esperar una semana antes de conocer el nombre de William y un mes para el de Carlos. El de George, primer hijo de William y Kate, nacido en julio de 2013, fue hecho público dos días después de su nacimiento.

– Ya se sabe, en cambio, que responderá al tratamiento de ‘Alteza real príncipe de Cambridge’.

– El bebé será bautizado por la Iglesia anglicana. George fue bautizado por el arzobispo de Canterbury en la capilla real del palacio de San Jaime, con agua de Jordán –donde Jesús fue bautizado por Juan Bautista, según el Evangelio–, vertida sobre la misma pileta de plata esculpida con nenúfares que ha sido utilizada desde hace varias generaciones por la familia real.

Los bebés reales tienen por lo general unos seis padrinos.

Con AFP