Oct 6, 2023 - 11:04 am

El Chavo del 8 es uno de los personajes más icónicos de la televisión mexicana y latinoamericana.Vivía en el patio de la vecindad del señor Barriga en un barril y allí jugaba con sus amigos, quienes supieron conquistarlos con amabilidad y ternura. Pocas personas saben por qué el Chavo del 8 quedó huérfano.

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Como describe el creador Roberto Gómez Bolaños en el folleto ‘El diario del Chavo del Ocho’, un texto póstumo del actor y productor fallecido el 28 de noviembre de 2014 a los 85 años, la historia de su familia es desgarradora. que hará llorar incluso a la persona más resistente del mundo.

Legado de Gómez Bolaños

Roberto Gómez Bolaños fue uno de los artistas más reconocidos no sólo en México, sino en todo el mundo. Aunque trabajó como guionista y actor, sus creaciones ‘El Chavo del 8’ y Chespirito lo hicieron famoso.

Aunque Gómez Bolaños falleció hace 7 años, detalles de su vida y carrera continúan generando emociones entre sus fanáticos, quienes tienen varias preguntas sobre la icónica obra que aún no han sido respondidas.

Historia triste

Dice que ‘El Chavo’ no conoció a su padre y que sólo tiene un par de recuerdos de su madre, una mujer que hizo todo lo que pudo. Que lo dejó en la guardería porque era madre soltera y trabajaba mucho para cubrir los gastos familiares. 

Todas las noches, al terminar la jornada laboral, lo llevaba, aunque por el cansancio que a veces presentaba no entendía qué niño le entregaban, y tomaba otro, dejándolo solo en la institución. Hasta que una noche ella se lo llevó, y pasó otra noche, y pasaron días enteros, y nunca más volvió a saber de ella. ‘Chavo’ finalmente terminó en un refugio.

El verdadero nombre del el ‘Chavo’ es Rodolfo Pietro Filiberto Raffaelo Guglielmi y nunca recibió visita mientras estuvo en el orfanato. Tampoco se presentó ninguna familia con intención de adoptarlo.

En cambio, recibió malos tratos por parte de la señora Martina, una guardia a la que no le gustaban los niños. 

Cansado de llorar y ver tristes a sus compañeros, desde muy pequeño entendió que tenía que cuidarse solo, por lo que tuvo el valor de hablar con sus cuidadores y hablar en nombre de su grupo.

Ella le dijo que se iría de allí si él no dejaba de abusar de ellos. La amenaza resultó falsa porque sin una pizca de humanidad la mujer abrió la puerta y respondió que si no le gustaba podía irse. Y Chavo se fue.

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Cuando llegó por primera vez a la zona, vivía en el departamento número 8, donde fue adoptado por una anciana que dijo que se parecía a su nieto. Algún tiempo después, la mujer murió, llegó un nuevo inquilino y luego se mudó a un viejo barril que había en el patio vecino.

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