
En una emotiva conversación con Laura Acuña, la reconocida actriz Margarita Reyes abrió su corazón como nunca antes. En medio de lágrimas, confesó que ha atravesado una de las etapas más oscuras de su vida, marcada por la pérdida, la enfermedad y la lucha constante por salir adelante.
Su testimonio conmovió profundamente a los televidentes, no solo por la crudeza de los hechos, sino por la fuerza con la que ha logrado levantarse.
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Margarita relató que todo comenzó durante la pandemia, una época en la que el desempleo y la incertidumbre golpearon con fuerza su vida.
“Venía de una depresión muy grande. No tenía trabajo, no tenía qué comer y no sabía cómo mantenerme a mí y a mi hijo”, expresó con la voz entrecortada. A eso se sumó la pérdida de su hermano y el final de una relación tóxica que la dejó emocionalmente devastada.
Margarita Reyes habló del cáncer que padeció: “Ya no tengo útero”
En ese contexto de dolor y desesperanza, la actriz confesó haber caído en el alcohol: “Empecé a tomar. Soy alcohólica. El alcohol fue mi escape en medio de tanto dolor”, reveló con valentía. A pesar de eso, buscó salir adelante a través del ejercicio, pero justo cuando comenzaba a intentar sanar, su cuerpo le dio una nueva alerta: fuertes dolores en la parte baja del abdomen la llevaron al médico, donde recibió una noticia demoledora.
“El diagnóstico fue cáncer, un tumor en etapa 4 con posibilidad de metástasis. Me dijeron que estaba avanzado, y la verdad, en ese momento, me valió un pepino. Sentía que si me moría, daba igual. Había perdido el sentido de la vida”, confesó. La estafa de la que también fue víctima en medio de todo ese proceso la dejó sin un solo peso, y la desesperanza se apoderó por completo de su alma.
La operación para extirpar el tumor fue exitosa. Lograron retirarle el útero y detener la enfermedad a tiempo.
“Fue un milagro, pudimos sacarlo todo, entonces no tengo útero”, reconoció Margarita, aunque también admite que ni siquiera ese milagro logró motivarla a seguir. “No entendía que se me había dado una segunda oportunidad. Quería morirme. Me dolía respirar, me dolía vivir”.
Fue en ese punto de quiebre donde, una vez más, su madre se convirtió en su salvación. Margarita relató que, entre el dolor físico y emocional, llamó a su mamá desde la cama, apenas podía hablar, y le confesó: “No aguanto más. No quiero vivir. Disculpa, pero dejo a Samuel (su hijo) a tu cargo”.




Margarita Reyes dice que su mamá la salvó de su depresión
Su madre, que vive en Curití, Santander, no dudó ni un segundo. A pesar de estar a más de ocho horas de distancia por carretera, apareció en su puerta a las 5 de la mañana. “Me despertó el timbre. Abrí y era mi mamá. Me abrazó, lloró conmigo y me dijo: ‘Aquí estoy, te amo, y no vas a estar sola. De esta salimos también’. Y otra vez, ella me rescató”, recordó con profunda emoción.
Han pasado cuatro años desde aquel periodo oscuro, y Margarita asegura que apenas este año ha comenzado a sentirse de nuevo ella misma. “Volverme a reconocer ha sido un proceso largo. Hoy me siento orgullosa de mí, de lo que he logrado por mi hijo. No quiero estar con nadie, necesito sanarme del todo. Económicamente ha sido difícil, pero sigo luchando”.
Con fuerza y entereza, Margarita Reyes demuestra que es posible resurgir incluso desde el abismo. Su testimonio no solo refleja el impacto del amor maternal, sino también el poder de la resiliencia y la determinación de una mujer que ha decidido volver a creer en la vida.
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