Abr 20, 2025 - 6:46 pm

Durante la pandemia por la COVID-19, Margarita Reyes sufrió demasiado ese episodio que marcó la vida de millones. Ella, según recogió el programa de entretenimiento, vivió su peor momento, uno que por poco se la lleva de este plano.

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Margarita señala que entre los temores propios de la pandemia vivió un caos y su relación de aquel entonces se terminó. Ese dolor se la llevó por delante y ni siquiera su hijo fue una motivación:

“No quería comer… Y puedo decir que la pandemia me alcoholizó completamente; era ejercicio y alcohol. A las 10:00 de la mañana ya estaba borracha […] yo lloraba todo el día y todo era por una ruptura amorosa”, recordó la talentosa actriz.

El asunto se complicaba más teniendo en cuenta que Reyes combinaba su adicción con un fuerte régimen de ejercicio que, lejos de ayudarla, sumaba a sus problemas de salud. La artista cuenta que hacía ejercicio a las 3:00 de la mañana. El abdomen comenzó a dolerle y ni siquiera podía ponerse en pie.

El cuerpo es sabio y avisa. Cuando fue al médico, él le dijo a Margarita que estaba a punto de entrar a fase cuatro de un cáncer de útero; estaba a medio paso de que hiciera metástasis.

Este es el relato recogido por ‘La red’:

Margarita Reyes y su historia de cómo superó la muerte

La artista estaba tan sumida en su crisis existencial, que ni siquiera el terrible diagnóstico la hizo espabilar. Es muy difícil despertar de la tristeza y la depresión y ese era el camino que Margarita estaba transitando. En ese punto fue su hijo Samuel la sacudió para que hiciera lo necesario para sobrevivir.

 

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Una vez entró a cirugía ocurrió el primer milagro, cuenta ‘La red’. Inicialmente, la idea era extirpar todo el útero, pero los médicos salvaron una parte de su órgano. No obstante, ella seguía en la tristeza y no valoraba el valor de estar viva después de un terrible cáncer.

Pensó en inducir su muerte, ni siquiera su hijo era un motivo para vivir. De hecho, dijo una de las frases más crudas que cualquiera pueda manifestar: “Él lo tendrá que superar”.

Cuando llamó a su madre para despedirse y decirle que solo quería morir, ella llegó a su casa al otro día para impedir cualquier locura. La señora la tomó, le recordó que no estaba sola y no la dejó partir.

Ese fue el punto de partida para salir del letargo y el deseo constante de morir. Recuerda que “la familia es el pilar más importante del mundo” y gracias a sus seres queridos fue que pudo salir del bache que por poco se la lleva.

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