El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
La Via dei Concerti representa una plataforma destacada para la proyección internacional de jóvenes músicos colombianos, al funcionar como un festival itinerante que articula orquestas juveniles del país con agrupaciones de otros rincones del mundo. Según señala el medio Infobae, este proyecto se consolida como una puerta de acceso a escenarios globales para intérpretes en formación, quienes al sumar sus talentos en ensambles multinacionales, expanden significativamente el alcance de su trabajo artístico y construyen puentes culturales a través de la música.
La gestación de esta iniciativa se atribuye al maestro Julián Lombana, un referente de la dirección orquestal en Colombia, con más de tres décadas al frente de agrupaciones sinfónicas en el Conservatorio de Trento, Italia. Lombana propuso el festival en 2011 como una experiencia de intercambio donde la música sinfónica sirviera de catalizador para el encuentro de diferentes culturas. “Queremos crear un puente de humanidad, desarrollo artístico y esperanza para jóvenes de todo el mundo, especialmente para los jóvenes colombianos”, expresó Lombana, enfatizando el carácter inclusivo y transformador del proyecto.
La financiación de La Via dei Concerti está a cargo de la Cooperativa Aportando Futuro, fundada por Lombana y colaboradores con la finalidad de asegurar recursos para jóvenes con limitaciones económicas que desean potenciar su trayectoria musical. Hasta la fecha, como detalla Infobae, el festival ha celebrado seis ediciones y prepara una séptima entrega en 2026, siempre con la intención de ampliar el acceso y participación de los talentos emergentes.
Desde su primera edición, el festival ha promovido el intercambio entre agrupaciones como la Orquesta Sinfónica Juvenil Batuta de Bogotá y el Conservatorio de Música de Trento, extendiendo sus giras a países como Francia, España y, posteriormente, incluyendo talentos de Turquía, México, Hungría y Estados Unidos. Cada edición ha tenido sello propio, como “La Via Sacra” en 2014, enfocada en el repertorio sacro, o la colaboración con la Expo Milán en 2015, que permitió una mayor difusión y consolidación de una comunidad artística multinacional.
La última etapa del proyecto se ha visto marcada por retos personales para Lombana, incluyendo problemas de salud que pausaron temporalmente la gira. Sin embargo, el regreso del festival en julio de 2026, ahora con el apoyo de la Fundación Cakike y jóvenes músicos de México, España, Italia, Hungría y Estambul, augura una revitalización de este escenario multicultural. Uno de los grandes desafíos para esta nueva edición ha sido la logística, dado el cambio de circunstancias personales de antiguos colaboradores. Sin embargo, la convocatoria a nuevos apoyos apunta a mantener la esencia del festival: la integración, la amistad y la formación artística de los jóvenes.
Lombana, cuya pasión por la música sacra estuvo marcada por una formación académica en Rumania y luego en Roma, ha dedicado su vida al impulso de orquestas juveniles y profesionales. Su perspectiva refuerza la creencia en el poder transformador de la música, al considerar que iniciativas como La Via dei Concerti no solo previenen la violencia, sino que siembran las bases para una convivencia pacífica y enriquecedora.
¿Cuál ha sido el impacto de La Via dei Concerti en la formación de jóvenes músicos?
Plantearse el impacto de La Via dei Concerti va más allá de contabilizar jóvenes que han participado en cada edición. El proyecto, como evidencian los testimonios de Lombana y el seguimiento de Infobae, ha propiciado redes de colaboración, amistades e incluso oportunidades profesionales que perduran en el tiempo. Las experiencias vividas durante las giras han fortalecido la identidad artística de los participantes y han permitido que el intercambio cultural sea una parte vital de su aprendizaje.
Además, la constancia del maestro Lombana en la búsqueda de apoyos, pese a obstáculos de salud y logísticos, demuestra el valor que la sociedad otorga a estas plataformas de movilidad y formación. De ahí que cuestionar el impacto de La Via dei Concerti implica reconocer que su legado reside no solo en la calidad musical lograda, sino, sobre todo, en la red de empatía y cooperación que ha tejido entre distintos países.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO