Nacido en el barrio neoyorquino de Harlem en 1927, de madre jamaicana y padre francés de Martinica, el intérprete de calipso y actor pasó la mayoría de su infancia en Jamaica antes de regresar a Nueva York, una mezcla de culturas que influyeron en su música y en su cruzada por la igualdad racial.

Belafonte saltó a la fama en 1956 con el exitoso álbum de música caribeña ‘Calypso’, que popularizó canciones como ‘Jamaica Farewell’. El calipso de Belafonte, un género de música caribeña que bebía de las influencias de África Occidental y Francia, le hizo saltar a la fama en medio de la prosperidad y el crecimiento de las ciudades tras la Segunda Guerra Mundial.

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El álbum incluía la que se convirtió en la canción emblemática de Belafonte, ‘Day-O (The Banana Boat Song)’. Basada en una melodía popular jamaicana, Belafonte canta con acento caribeño: “Stack banana ‘til de morning come / Daylight come and we wan go home”.  Belafonte se burló de las insinuaciones de que la canción era simplemente música de baile para sentirse bien y la calificó de rebelión contra los trabajadores que exigían salarios justos.

Incluso al principio de su carrera, Belafonte no rehuyó la polémica. En 1957 protagonizó la película “Island in the Sun”, en la que interpretaba a un político negro en una isla ficticia que tiene una relación amorosa con una mujer.

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También tuvo algunas incursiones en el mundo del cine, con películas como “Carmen Jones”, en un momento en el que la segregación racial seguía muy arraigada en Estados Unidos y los afroamericanos tenían papeles minoritarios en la gran pantalla.

A raíz de su gran popularidad y capacidad para romper barreras raciales en el mundo artístico, la carrera de Belafonte ha sido comparada con la de artistas de la talla de Louis Armstrong, Ella Fitzgerald o de su contemporáneo Sidney Poitier.

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En 1968, la cantante británica Petula Clark, que estaba entonces en la cumbre de su popularidad, invitó a Belafonte a un programa especial de la cadena de televisión NBC y ambos cantaron un dúo durante el cual Clark tocó en un gesto cariñoso la mano de su colega.

El patrocinador de aquel espectáculo, la empresa Plymouth Motors, intentó censurar ese momento porque podía ofender a la audiencia del sur de Estados Unidos, pero Clark, que tenía los derechos del programa, se negó a ello.

Se cree que fue aquella la primera vez en que dos personas de distinto color de piel hacían un discreto contacto físico ante las cámaras.

Belafonte, quien se involucró personalmente y financió el movimiento por los derechos civiles, fue amigo personal del reverendo Martin Luther King y participó en la histórica Marcha en Washington de 1963, la del famoso discurso “I have a dream” (Tengo un sueño).

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También consiguió el apoyo para la causa de famosas estrellas de Hollywood como Paul Newman y Marlon Brando, y fue nombrado por el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy (1961-1963) como asesor cultural del recién creado Cuerpo de Paz.

Siempre estuvo de una forma u otra involucrado en política y llegó a calificar al presidente estadounidense George W. Bush (2001-2009) como “el mayor de los terroristas” por la invasión de Irak de 2003.