Carlos Vargas es en la actualidad uno de los presentadores más reconocidos del país. Los televidentes lo conocen a la perfección y mueren de la risa con sus ocurrencias. Sin duda, el famoso no tiene filtros y por eso es amado.

Además de eso, siempre se muestra ante las cámaras con una sonrisa de oreja a oreja, a pesar de que su vida esté llena de conflictos. Precisamente, en un nuevo episodio de Se dice de mí se refirió a la depresión que estuvo a punto de acabar con su vida.

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“Yo sentía como un vacío rarísismo. Yo intentaba tener relaciones sentimentales y no me pegaba nada. Ya era exitoso, me sentía satisfecho con lo que había hecho, pero quería sentirme amado”, contó al programa.

El presentador comenzó a trabajar interna y externamente para sentirse mejor, pero a pesar de eso, hubo un punto en el que pensó no estar más en este plano. Allí entró en juego Iván Lalinde, quien se convirtió en un ángel guardián para Vargas.

 

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Carlos Vargas e Iván Lalinde: una amistad que ha superado los momentos más duros

Ambos famosos han sido grandes amigos durante años, y afortunadamente, como vivían muy cerca, Iván pudo estar pendiente de Carlos en medio de estos momentos. Justamente, Vargas se refirió a un doloroso instante en el que Lalinde llegó para salvarlo y evitar que tomara decisiones extremas:

“Una pieza clave para mí. Él tuvo una gran amiga que fue Lina Marulanda, y aunque no tocaba ese tema, yo sentía que veía conmigo ese miedo. Por eso, él y su pareja tenían llaves de mi apartamento. Y una vez, una mañana álgida en la que yo estaba pensando cómo morir, él, con esa conexión de amigos, bajó y llegó al baño mientras yo estaba en un mar de lágrimas, afeitándome. Me pregunta: ‘¿cómo estás?’, y yo ‘chille’, ‘chille’ y ‘chille’. Me decía que si yo sabía qué era, pero yo no entendía”.

Por fortuna, Carlos Vargas ha sabido lidiar con este “demonio” y seguir adelante con su vida. Ahora entiende de mejor manera por qué la tristeza toca a su puerta en algunas ocasiones.