La presentadora del Canal RCN no se aguantó y en sus redes sociales decidió publicar varios videos contando, al detalle, la historia que le pasó en la tarde y noche del lunes festivo.

La mujer estuvo con su hijo Dante compartiendo en la playa, pero el regreso fue muy complicado. El niño se enfermó, sin ser de gravedad, así que Ana Karina Soto le pidió a la empresa con la que estuvo trabajando este fin de semana que le ayudara a cambiar los tiquetes de regreso a Bogotá.

Al llegar al aeropuerto, a la presentadora no la dejaron subir al avión porque estaba sobrevendido y, dijo ella, le tocaba esperar a que alguien no llegara para que ella tomara esos puestos, a pesar de que ella había pagado mucho dinero.

Me compraron el regreso a las 6:30 de la tarde por Latam. Llego a las 5:00 p.m. porque vengo con Dante, que está un poco maluquito, y me salen con el cuento de que tengo que esperar y estar en ‘stand by’ porque está sobrevendido y no alcanzan los puestos del avión. No entiendo qué es lo que está pasando”, dijo Ana Karina Soto, muy brava.

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Luego de la discusión y de publicar ese video, la presentadora del Canal RCN publicó nuevas historias en su Instagram contando cómo fue que sucedió todo y el final feliz.

Mientras que estaba en la sala de espera, Ana Karina dijo: “Ellos (la empresa), de queridos, de buena onda, compraron hoy el vuelo de las 6:00 p. m. Pero no entiendo Latam por qué los vende si están sobrevendidos. Dos pasajes en 1’600.000 pesos para que, al llegar, digan que hay que esperar en la sala a que dos personas no lleguen y yo tenga esas sillas”.

Ella aseguró que, más allá de la incomodidad (que les pasa a cientos de colombianos que varias aerolíneas) lo que más le preocupaba era su hijo Dante y sus obligaciones del siguiente día.

“Realmente mi molestia es porque el niño está maluquito del estómago. Me habían dicho que el vuelo presentaba una falla y no se qué, que me tocaba viajar a las 10 de la noche y yo les dije que no podía por el niño. Que solucionáramos”, contó.

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Como al final pudo entrar al avión y llegar a Bogotá, la presentadora hizo una reflexión: “Toca armar un bochinche, pero qué necesidad. Para eso se compra un tiquete costosísimo, se llega al aeropuerto con tiempo, pero le salen a uno con esas. Qué tristeza. No entiendo nada, pero bueno”.