El triunfo electoral que obtuvo la izquierda el año pasado en las elecciones presidenciales y legislativas parece difícil de replicar para los comicios locales en Bogotá.

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La coalición Pacto Histórico, que logró reunir a los partidos de izquierda y movilizar una gran cantidad de votos, hoy atraviesa una crisis sobre cómo evitar el voto castigo; cómo organizar su lista al Concejo de la capital, y cómo elegir democráticamente su candidato a la Alcaldía.

En un país tradicionalmente gobernado por la derecha, Gustavo Petro Urrego llegó en 2022 al Palacio de Nariño convirtiéndose en el primer presidente de izquierda en Colombia. No solo marcó un hito, sino que logró una bancada mayoritaria en el Congreso de la República con el Pacto Histórico.

Aunque el arribo a estos espacios de poder fue difícil, parece que será mucho más darle continuidad al proyecto político y hacer de esa coalición de izquierdas un frente unido, que logre resultados similares en las elecciones locales de octubre.

Hay varias razones. Por un lado, aunque Bogotá ha sido la plaza donde Petro tiene su mayor caudal electoral, esa fuerza de poco le ha valido en las últimas elecciones locales.

Por el otro, el rechazo de su gestión como presidente entre ciertos sectores, podrían generar que indecisos y abstencionistas terminen reforzando el voto castigo en la capital, y finalmente la notoria división, que se ha evidenciado en los últimos días, entre los partidos y movimientos de izquierda: mientras unos piden lista cerrada al Concejo, otros condicionan su participación en que sea abierta.

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Algunos solicitan que se realice una consulta para definir los candidatos al cabildo y a la Alcaldía, mientras desde otras orillas aseguran que esta posibilidad no existe y temen que se tomen decisiones autoritarias.