La compañía estadounidense catalogó a los usuarios como “arrendatarios” y a los conductores o dueños de los vehículos como “arrendadores”; por esto, la persona que desee utilizar alguno de los servicios de la plataforma (PorHoras, UberYa, Economy, Comfort y XL), será responsable por lo que pase con el carro durante su trayecto.

En el caso de las infracciones, el contrato estipula que los usuarios deberán hacerse cargo de las multas que estas acarreen al conductor mientras esté prestando el servicio.

Por su parte, en los casos en que el conductor tenga que utilizar el servicio de grúa para restituir el vehículo a un taller, por causas imputables al usuario, dicho costo tendrá que ser pagado por el mismo.

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De otro lado, si el carro es retenido por las autoridades competentes como consecuencia de un incidente por causas imputables al usuario, y se requiera del pago de gastos necesarios para la liberación del mismo:

“Estos deben ser pagados por el arrendatario, previo a la presentación del soporte correspondiente por parte del arrendador”, indica la plataforma en el contrato.

El nuevo modelo de la aplicación, señala la ‘app’ en un comunicado, “permitirá arrendar un vehículo con un conductor bajo un acuerdo de las partes al momento de la llamada. La aplicación será el punto de contacto que conecta las dos partes para que entre ellas celebren un contrato”.

Pulzo intentó comunicarse con Uber para aclarar estos y otros puntos; sin embargo, la empresa recogió las inquietudes y no envió respuesta alguna.