En la mayoría de los casos, los artistas no tienen un trabajo estable, así que tampoco cuentan con ingresos que lleguen regularmente. Como no cuentan con sueldo fijo, la intermitencia de asuntos como la salud o la pensión es constante: si llega dinero, se invierte en el día a día, pero una cobertura de salud para emergencias o controles o molestias podría considerarse un lujo en esas condiciones.

Lo mismo ocurre con los aportes para el pago de una pensión. Además de su parpadeante economía, algunos artistas también deben defenderse de ataques políticos contra sus obras, escasos espacios para difundir sus creaciones y una muy baja demanda.

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Por estas razones, y con motivo de la Cumbre Mundial de las Artes y la Cultura, la UNESCO publicó un informe en el que pidió a los Estados mejorar la protección de artistas y profesionales de la cultura en situaciones de emergencia.

El informe recomienda que la comunidad internacional desarrolle una asistencia a medida para proteger y promover la libertad artística en situaciones de emergencia, basándose en la experiencia de la UNESCO en la protección de los artistas durante los conflictos, recientemente en Iraq, Ucrania y Yemen. También podría aprovechar las buenas prácticas en materia de la libertad de prensa, para las que la Organización ha desarrollado un plan de acción global que se lleva aplicando hace más de diez años.

Se sugiere:

1. Vigilancia a través de toda la ONU de la libertad artística en contextos de emergencia, que reconozca a los artistas como un grupo vulnerable necesitado de atención específica.

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2. Un programa de apoyo colaborativo para la seguridad de los artistas, y la protección tanto de las obras de arte como de los espacios culturales en contextos de emergencia.

3. La capacitación específica de los actores judiciales y jurídicos para proteger a los artistas mediante investigaciones y procesamientos.

En Colombia, los artistas se han organizado en diferentes situaciones y contextos para exponer las necesidades de su sector. Casi que todas las expresiones artísticas (escritura, cine, artes plásticas, teatro, danza, etc) tienen falencias que convierten al creador en un ciudadano vulnerable al que se le dificulta desempeñar su labor.

Las artes, que requieren de tiempos de creación, producción y difusión, cuentan con creadores dispuestos, pero sin la mayoría de las garantías básicas para desempeñar su profesión: las casas de teatro están endeudas, las películas independientes no duran más de dos semanas en pantallas, la demanda de libros es baja, además de que el precio de los mismos va en ascenso, no hay educación de públicos, el ministerio de Cultura continúa sin un líder ratificado, y un largo etcétera que llama la atención sobre las condiciones de vida de los artistas.

Los casos recientes han demostrado la importancia de las medidas prácticas de emergencia, como la formación sobre la libertad artística, las residencias temporales de artistas, la ayuda financiera temporal para los profesionales de la cultura, la expedición acelerada de visados y la priorización de los artistas dentro de los programas de evacuación y reasentamiento, con especial atención a las mujeres creadoras.

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Para mejorar la resiliencia de los artistas en contextos de emergencia, el informe también recomienda marcos jurídicos más sólidos, con un mejor reconocimiento legal de la condición del artista. En este ámbito, la UNESCO anunció la inversión de un millón de dólares adicionales procedentes del Programa UNESCO-Aschberg para financiar proyectos en más de 25 países. Trece de estos proyectos están dirigidos por gobiernos y los otros doce por ONG.

“La seguridad de los periodistas en emergencias ha recibido una atención significativa en las últimas décadas, lo que ha resultado en el establecimiento de un sólido cuerpo de leyes y políticas internacionales, regionales y nacionales en este campo. Los líderes políticos, las organizaciones intergubernamentales, la sociedad civil y las partes interesadas de los medios han aunado fuerzas para fortalecer la libertad de expresión, la seguridad física y los derechos sociales y económicos de los periodistas en el contexto de crisis como los conflictos, la inestabilidad política y los desastres naturales. Los artistas y los profesionales de la cultura carecen de las mismas oportunidades y redes de seguridad de protección, a pesar de que enfrentan muchas de las mismas amenazas a su seguridad y sustento que enfrentan los periodistas”, dice el informe, que reveló que en 2021 se documentaron más de 1.200 violaciones de la libertad artística en todo el mundo, se denunció un número récord de 39 artistas asesinados en 12 países y 119 artistas fueron encarcelados en 24 países.