Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Santiago Buenaventura   Sep 13, 2023 - 6:25 am
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En los primeros seis meses de este año la empresa Une EPM Telecomunicaciones (Tigo) contabilizó pérdidas por $ 439.006 millones, cifra que se acerca a los $ 473.814 millones que perdió durante todo el año anterior. Y la situación no va a mejorar, pese al ultimátum que le impuso el Gobierno esta semana.

La Junta Directiva de EPM decidió anoche no capitalizar a la compañía y, de acuerdo con el ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Min TIC), Mauricio Lizcano, no le quedaría más remedio que ir a un proceso de reorganización empresarial o a que la participación de la empresa pública antioqueña se diluya ante la inversión de su socio Millicom o de un tercero interesado en entrar en el negocio.

“Después de verificar las condiciones actuales de Tigo y la administración realizada por Millicom desde el 2014, en Junta Directiva de EPM hemos decidido no entregar 300 mil millones de recursos públicos que eran solicitados por ellos a modo de capitalización”, expresó el alcalde Daniel Quintero en la red social X (antes Twitter) a las 8:59 de la noche. Para hoy a las 7:30 de la mañana está convocada la Asamblea de Accionistas donde se definirá el futuro de la empresa.

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Y es que Tigo no solo suma grandes pérdidas, otro número que causa impacto es el debilitamiento patrimonial que en los últimos diez años observó la compañía, pues pasó de tener un patrimonio de $ 2,99 billones al cierre de 2014 a tan solo $  108.962 millones a junio de este año, lo que representa una contracción del 96,35 %.

Expertos en balances empresariales señalan que este desempeño demuestra que hay una constante descapitalizacion, atribuible a un alto nivel de endeudamiento o a una elevada iliquidez.

“La compañía, así como la mayoría de las empresas del sector en Colombia, se ha visto afectada por el contexto macroeconómico, los efectos de la pandemia y la coyuntura propia del sector; factores que impactaron su situación financiera”, indicó Tigo el pasado jueves, en una comunicación enviada a la Superintendencia Financiera.

E insisitió en que “la administración está ejecutando varias iniciativas de eficiencias con el fin de hacer frente a la situación financiera y salvaguardar el patrimonio de la compañía. Actualmente, la empresa no se encuentra en estado de reorganización o disolución”, se insistió por parte de Tigo.

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Previo a la realización de la asamblea, el lunes en la tarde, el ministro Lizcano se reunió con los responsables de Tigo y les dio un ultimátum. Y es que antes del 9 de octubre los accionistas de Tigo (EPM y Millicom) deben capitalizar la empresa o diluir la participación accionaria.

“Si antes de esta fecha no se toma una decisión, el Gobierno entraría a considerar a través de la Superintendencia de Sociedades la posibilidad de que (Tigo) entre a reorganización empresarial, y que se garantice así la prestación del servicio y los empleos”, enfatizó el jefe de la cartera de las telecomunicaciones.

Lizcano agregó que la voluntad del Gobierno es mantener la estabilidad del mercado, así como la operación y el servicio a los 12,5 millones de usuarios de esa empresa y proteger a los 15.000 colaboradores que trabajan directa e indirectamente en Tigo.

Tras este encuentro se conoció una carta que Mauricio Ramos, director de Millicom, le envió al Min TIC, en la que reconoció que es clara la urgencia de capitalizar a Tigo.

“La necesidad de esta capitalización viene siendo discutida entre los socios (y apoyada con firmeza por Millicom) de tiempo atrás, por lo menos, desde 2022. El monto necesario de capital patrimonial a ser aportado por los accionistas, según la información brindada por la administración, asciende a un monto mínimo de US$ 150 millones”, dice la misiva dirigida al Gobierno.

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El documento también explicó que los recursos apalancarían el plan de expansión de la compañía de telecomunicaciones, el cual busca “continuar brindando el servicio a los 15 millones de usuarios y asegurar su operación; dar sustento patrimonial al acceso de recursos de liquidez y financiamiento por alrededor de US$ 180 millones que ya se encuentran en trámite con el sector financiero; y hacer viables las importantes oportunidades estratégicas que Tigo viene desarrollando, como la fusión de sus redes móviles, para hacer más eficiente su operación”.

Pero, el alcalde de Medellín y presidente de la junta directiva de EPM sostuvo que con el argumento de que Tigo está a punto de la quiebra, es que Millicom está solicitando una capitalización por $600.000 millones, y que EPM aporte la mitad.

Por eso anoche dijo en su cuenta de X que “Millicom y Tigo, deberán tramitar ante el Concejo de la ciudad las aprobaciones necesarias para avanzar en cualquier proceso de dilución. Esto nos duele en el alma. UNE era una empresa exitosa y 100% pública. Ojalá algún día se castigue a los responsables”.

Haciendo referencia a los partidos que desde la oposición no permitieron la venta total de EPM, tal como el mismo Quintero había pedido anteriormente, pues en reiteradas ocasiones le ha pedido al Concejo la activación de la cláusula de patrimonio público a favor de EPM, con lo que se busca recuperar $ 2,8 billones que tiene la ciudad en Tigo.

La corporación no ha atendido a esa solicitud en algunos casos por oposición política, y en otros porque no ha habido claridad entre el alcalde y EPM sobre la destinación que tendrían los recursos.

En todo caso, lo que va a plantear EPM en hoy en la Asamblea es que su participación sea diluida, que no es ni más ni menos que la pérdida de valor que sufre un accionista cuando una compañía decide realizar una ampliación de capital. En este caso, si Millicom ejecuta la capitalización solo, la participación de EPM en Tigo se reduciría, e incluso podría implicar que se abra la puerta para el ingreso de nuevos inversionistas.

En el reporte de resultados con corte a junio de este año, Tigo admitió que dada la naturaleza de la industria de telecomunicaciones, le corresponde desenvolverse en un entorno altamente retador, competitivo y regulado, sujeto a la influencia de variables macroeconómicas.

Es así como esos factores sumados a los desafíos persistentes a nivel de mercado han repercutido en su evolución comercial y su situación financiera. Para encarar esa realidad se han implementado acciones y planes estratégicos que han derivado en una optimización de los recursos disponibles, marcada por la priorización y la eficiencia de las inversiones de capital, así como una rigurosa gestión de costos y gastos, que abarca negociaciones con sus proveedores, una reconfiguración de procesos operativos, comerciales y administrativos y una recalibración de la estructura organizacional.

“Se realiza un permanente análisis de flujo de efectivo, lo cual ha llevado a la empresa a la adquisición de deuda en el primer trimestre del año y a la continua búsqueda y consecución de fuentes de financiamiento adicionales”, se indicó en el reporte.

En esa línea, el BID Invest le otorgó a Tigo en julio una carta de crédito por $197.350 millones (aproximadamente US$47,5 millones) para expandir y mejorar las telecomunicaciones en pequeños municipios del país.

Igualmente, la compañía ha emprendido proyectos para la venta de activos “de infraestructura pasiva del negocio móvil y algunos activos remanentes provenientes de la modernización de la red fija”, generando recursos de efectivo adicionales.

“Las proyecciones financieras de la empresa han sido evaluadas y considerando las necesidades de liquidez para los próximos doce meses, se ha concluido que hay herramientas para que la compañía cuente con los recursos necesarios para mantener su operatividad y está gestionando desde todos los frentes la consecución de estos, inclusive ha buscado el respaldo de sus accionistas mediante la propuesta de una capitalización”, es otro de los apartes del informe financiero semestral.

Desde la Unión Sindical de Trabajadores de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (Unitratel) a lo que está acudiendo el país es a una quiebra simulada, que hace parte de una “obra”, iniciada en 2006 cuando se le entregó un patrimonio público a una multinacional, sin cumplir las normas.

Doralba Hernández, presidenta de esa organización sindical, aseguró que Millicom ha adelantado durante todos estos años un plan que ejecutó por etapas, aprovechando que los entes de control nunca reaccionaron.

“La asamblea prevista para hoy es una reunión que se viene aplazando desde mayo. No sabemos qué era lo que necesitaban, si que les diera un ultimátum el Gobierno o cuadrando alguna solución”, comentó la dirigente gremial a este diario.

A juicio de Hernández, la estrategia de Millicom ha sido mostrarle a EPM un negocio de telecomunicaciones inviable para que “se lo venda a precio de huevo”.

Sobre la reducción que desde 2014 observa el patrimonio de la compañía, la presidenta de Unitratel afirmó que obedece a que se han hecho unos movimientos de activos, y mientras están vendiendo algunas cosas, otras las están trasladando a otras sociedades para ocultarlos de las cuentas contables. Adicionalmente, dijo que se están acelerando las depreciaciones, para desmejorar el balance.

Estos señalamientos del sindicato han sido puestos en conocimiento de la Contraloría, así como la existencia de cargos ejecutivos con altos salarios y onerosas bonificaciones, sin que estos ni siquiera tengan personal a cargo.

“Una muestra de 2016 a 2019 encontró desembolsos por más de $7.000 millones pagados en bonos, justificados en el hecho de que los resultados de la empresa son muy buenos. Entonces, le están diciendo mentiras a la Contraloría con el éxito de los negocios o le mienten al MinTIC afirmado que están muy mal”, declaró Hernández.

Otro aspecto que tiene deteriorado el ambiente laboral en Tigo es que para este año no hubo aumento salarial, pues los directivos se han negado a negociar con los sindicatos mayoritarios, y estos procesos se han ido a tribunales de arbitramento.

Para el sindicato resulta llamativo que Millicom opere solo en América Latina, dado que salieron de África luego de que algunos gobiernos de ese continente les compraran los negocios para que se fueran. Por estos días una de las apuestas grandes está en Panamá.

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