Desde el año 2000 con la ley 613 en Colombia se reglamentó el tejo como el deporte nacional y es que no es para menos, pues personajes como García Márquez, León de Greiff y varios expresidentes han tenido contacto con la embocinada y el barro, características de este tradicional juego que ha tomado mayor relevancia en los últimos años. 

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Pese a que suele asociarse con un pasatiempo popular, las nuevas tendencias lo han revivido y le han permitido posicionarse como un foco de entretenimiento que mucha gente busca.

Por ejemplo, en Bogotá cada vez son más los lugares que ofrecen este tipo de actividades, con opciones mucho más innovadores, aunque manteniendo la tradición popular del ambiente a cantina, trago y amigos. 

Este tipo de sitios se han convertido en toda una experiencia de los sentidos y se creó para que las personas que no saben jugar este deporte lo aprendan de una manera más atractiva. La actividad del tejo hoy en día gira alrededor de las cervezas artesanales, cocteles con y sin alcohol y una amplia gastronomía que incluye su popular lechona, picadas, bowls, sándwiches y hasta opciones veganas. 

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“Cuando creamos esta experiencia procuramos que fuera un espacio no hostil para ninguna persona, sin importar sexo u orientación sexual. Incluso, hay momentos en los que hay más mujeres que hombres jugando en nuestras canchas, sintiéndose seguras y confiadas. Eso probablemente, no se va a ver en ningún tejo ni tampoco en ningún bar”, aseguró en La República Daniel Lozano, propietario de uno de los bares que ofrece tejo y rumba en Bogotá.