Una joven que se identificó como Julieth Morales dice que lleva tres meses intentando cancelar una tarjeta de crédito del Banco de Bogotá, pero hasta el momento no ha podido, a pesar de que ha hecho un sin fin de llamadas y hasta se acercó a una oficina.

La denuncia la hizo en Semana, pero su historia podría ser el reflejo de miles de colombianos que no la pasan bien por lo difícil que puede llegar a ser entregar estos plásticos.

Según dice ella, producto de la pandemia replanteó todos sus gastos y se dio cuenta que pagar 20.000 pesos por una tarjeta de crédito que no utiliza no era negocio, así que decidió entregarla. Ahí fue cuando empezó su suplicio.

Vea acá: Exponen modo con el que roban información de las tarjetas de crédito

Cuando llamó la primera vez, le dijeron que su tarjeta de crédito se pagaba por adelantado trimestralmente así que debía pagar 120 mil pesos, una cifra que aceptó dar con tal de entregarla. Esa decisión le trajo problemas después.

Luego de muchos intentos en los que el conmutador le colgó, un día se pudo comunicar con un asesor porque en la oficina le dijeron que ese trámite se debía hacer vía telefónica. No obstante, le explicaron que con ese saldo a favor no se podía ir, a pesar de que ella estaba dispuesta a perder ese dinero con tal de irse.

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“Era como si mi voluntad de no seguir siendo su cliente no valiera. Me sentí tan frustrada que empecé a gritar: ‘¡Quiero cancelar mi tarjeta de crédito!’. Y lo repetía varias veces”, contó en ese medio de comunicación.

A ella le ofrecieron muchos beneficios de estar en la compañía, aunque ella llevaba 15 años vinculada con ese banco y su única intención era no continuar allí.

Cuando por fin aceptaron su decisión de salirse le solicitaron una información personal y cuando ella la dio, le dijeron que tenía problemas con la fecha de expedición y luego se cortó la llamada.

“Siento desesperación, eso que ellos hacen debe ser ilegal. El colmo, me siento impotente, obligada. Me están coaccionando a hacer algo que no quiero. Es como si estuviera atada a ellos de por vida. ¿Y quién lo defiende a uno?”, dijo Julieth.

Después de poner en evidencia su caso, el banco se comprometió en solucionar esta situación y permitirle a la mujer cancelar su tarjeta de crédito, en caso de que todo esté en regla.