Lourdes Edith es una profesora que fue suplantada en diferentes entidades financieras. El pasado 22 de marzo, por medio de aplicaciones electrónicas, fueron creadas cuentas bancarias a su nombre y solicitaron productos financieros.
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La mujer que maneja solamente una tarjeta Davivienda, apareció con 15 productos financieros en siete bancos. La víctima se enteró de la suplantación cuando recibió una notificación de descuento de nómina por $1.5 millones por uno de los créditos supuestamente aprobado por $43 millones.
Las entidades financieras han pasado de la oficina al celular. Cualquier persona puede crear un usuario y desde el móvil solicitar desde tarjetas de créditos virtuales hasta compra de seguros. También permiten el pago o programación de facturas, recargas, cobrar y pagar transferencias, enviar dinero a otros bancos, pagar créditos, entre otras funciones.
Se trata de un sistema de operaciones bancarias en línea. Sin necesidad de acudir a una sucursal, por medio de aplicaciones móviles que prometen reducir los costos de operaciones, transferencias simples, un mayor control de la información, comodidad y ante todo seguridad.
Sin embargo, la Agencia de Periodismo Investigativo, API, conoció el caso de Lourdes Edith, una docente de 47 años que empezó a pagar lo que nunca pidió por medio virtual. Según la información suministrada por una familiar a esta Agencia, el pasado 22 de marzo, fue solicitado un préstamo por 43 millones de pesos en Compensar.
El motivo: crédito de libre inversión. El dinero fue otorgado luego de que las personas suministraran un número de celular de la víctima de hace 10 años, un teléfono fijo de una casa en la que vivió hace siete años y una dirección donde vivió junto a su familia hace un año.
Para la petición del préstamo no se requirió huella digital ni fotografía del documento de identidad. Bastó con el nombre de la hoy víctima. Además, no fue notificada en cuanto se aceptó el crédito, Edith se enteró de la suplantación de sus datos casi un mes después cuando ya recibió el primer descuento por nómina.
Todo habría iniciado a principios de enero cuando la mujer intentó ingresar a su correo electrónico. La página web le solicitó una validación, luego de realizarla y volver a cerrar su sesión, no pudo volver hacer uso de su correo personal, un espacio virtual en que las personas aprovechan para guardar información importante y por ende documentos de identidad.
Luego de conocer el primer descuento por el crédito de más de $40 millones, en la página de Datacrédito, Edith se llevó una sorpresa aún mayor: habían abierto 15 productos financieros a su nombre y en siete entidades bancarias.
La mujer no tenía una capacidad crediticia para que le fueran desembolsados alrededor de $200 millones, está empezando a pagar un crédito que se le otorgó para pagar un apartamento en el que vive actualmente. Entonces ¿Cómo fue posible que desde distintos bancos le generaran créditos? Y es que en solo dos días se aceptaron 15 productos y una sola compra sumó $20 millones.
Las entidades donde Edith fue suplantada fueron Banco Finandina, BBVA, Banco de Bogotá, Banco Pichincha, Colpatria, Bancolombia, Compensar y hasta Nequi. Lo que al parecer se trata de un hackeo de su correo electrónico donde mantenía datos que fueron utilizados, pasa a ser un millonario hurto tras la suplantación de sus datos.
Edith acudió a la Fiscalía, interpuso la respectiva denuncia por suplantación de identidad. El ente investigador, por medio de la fiscal 25, Carmenza Gómez, solicitó a Compensar el restablecimiento de derechos y el retiro de la víctima de Centrales de Riesgo y/o respectivo sistema.
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Sobre el préstamo de $43 millones, en Compensar se bloquearon las cuentas, pero el dinero ya había sido desembolsado en dos tarjetas de crédito enviadas a una dirección de la capital del país. El caso en la Fiscalía quedó en informar la posibilidad de presentar una querella por estafa dentro de los seis meses siguientes de lo ocurrido.
El 4 de abril, el ente investigador ordenó el archivo del caso por los delitos de falsedad personal. El argumento de la oficina de la fiscal fue: “puede determinar sin mayor esfuerzo intelectual que la conducta no podrá ser objeto de valoración diferente a la contenida en el Artículo 79 de la Ley 906 del 2004”.
En medio de las indagaciones, la familia no tuvo acceso a la información de las direcciones a las que fueron enviadas las tarjetas, mientras las diligencias judiciales no tuvieron avance, el tiempo corre y la víctima está a punto de recibir el segundo descuento, solamente del primer préstamo.
Al respecto, un abogado penalista consultado sobre este caso señaló que: “la decisión de archivo de la Fiscalía, está al margen de la norma. Cuando existe un fraude en donde se afecta a un usuario financiero existen, como mínimo dos víctimas: El titular de la cuenta de ahorros o corriente que fue afectado, está llamado inicialmente a soportar la pérdida económica y la entidad financiera que se ha visto afectada en su buen nombre reputación al uso de canales virtuales para el manejo de productos financieros”.
Respecto a las otras entidades bancarias, tomaron la decisión de alertar para que se cancelaran las demás cuentas. Edith solamente maneja una tarjeta del banco Davivienda y de la noche a la mañana resultó con siete cuentas y 15 productos. Nadie responde.
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¿Cuál fue la verificación de identidad?, ¿dónde está la seguridad?, ¿cómo se protege la identidad e información de los clientes?, son algunas de las preguntas de la familia de Edith sobre este caso.
Mientras tanto, en medio de la búsqueda desesperada por respuestas, desde ScotiaBank se respondió que “si se desembolsó algún producto bancario sin el consentimiento… es indispensable iniciar un proceso de investigación por suplantación. Por favor dile que se remita a una de nuestras oficinas donde recibirá atención personalizada”.
Por su parte, el banco BBVA recibió la solicitud realizada por la víctima el pasado 3 de mayo e informó sobre el inicio del estudio y una respuesta en los siguientes 15 días hábiles. Tampoco se ha presentado una posible solución. Mientras tanto, la situación también fue presentada a la Superintendencia Financiera, desde donde también se espera un avance sobre el caso.
Y es que parece ser muy fácil solicitar un crédito o producto financiero virtualmente. Haciendo un recorrido virtual por diferentes bancos, esta Agencia encontró que se ofrecen créditos a un clic de hasta $2,000,000 que se puede solicitar sin salir de casa y sin documentos.
Otra entidad financiera publica en su página web que cuenta con “una línea de crédito digital con la que puedes financiar el proyecto que quieras. Al ser digital no requieres documentos y el desembolso del dinero es al instante”. Se ofrecen créditos 100% virtuales con la entrega del dinero en horas.
Entre las ofertas se encuentran préstamos desde $3 hasta $100 millones, una tasa de interés fija, un crédito digital que no requiere documentos físicos, sólo una firma digital desde el celular, que en aras de hacer la vida más fácil se la complica como en el caso de Edith y de millones de colombianos suplantados.
Y es que Edith no es una víctima aislada, entre enero y abril de 2021, las estafas digitales ocurridas en el sistema financiero y originadas desde Colombia aumentaron 243% y a nivel mundial crecieron 149%, según un estudio de TransUnion.
Además, un estudio de BPC Banking Technologies, expertos en soluciones digitales estimaron perdidas mayores en el mundo por US$32 mil millones al cierre de 2021. La mayoría de los casos corresponden a suplantación de identidad realizando compras online, usando aplicaciones móviles y falsificando los plásticos.
En Colombia, Bogotá fue la ciudad donde más casos de suplantación se registraron en 2020, cuando en medio de la pandemia aumentó esta modalidad. En la capital se reportaron 12.981 casos, seguido por Medellín (3.442); Cali (2.363); Barranquilla (1.809); Bucaramanga (1.256) y Cartagena (887). Siendo la suplantación por correo electrónico una de las modalidades más utilizadas.
Para mitad de 2021, aumentó en un 70% los delitos cometidos con tarjetas de créditos; 243% aumentaron los fraudes en Colombia y en un 61% crecieron los intentos de robos en el país.
De la misma manera, ante el aumento de los casos de suplantación tanto autoridades como expertos en seguridad recomiendan que si un usuario pierde sus documentos o es víctima de robo debe realizar de inmediato la denuncia formal.
Ademas es preventivo revisar permanentemente el estado de cuenta en centrales de riesgo para validar posibles reportes negativos o créditos no solicitados. Tampoco se debe entregar información personal o comercial en encuestas telefónicas.
A estas recomendaciones se suma que se debe tener la certeza de que ninguna entidad donde tenga sus productos, solicitará clave, número de tarjeta de crédito, código de seguridad o fecha de vencimiento. Es determinante también precisar que el usuario no tiene la obligación de pagar deudas generadas por un suplantador.
Mientras las entidades bancarias intentan dar respuestas al caso de Lourdes Edith, en el país se cuenta con la Ley 527 de 1999 por medio de la cual se define y reglamenta el acceso y uso de los mensajes de datos, del comercio electrónico y de las firmas digitales, y se establecen las entidades de certificación y se dictan otras disposiciones.
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