Aunque en Colombia se han vendido más de 200.000 vehículos nuevos (corte a septiembre), una de las quejas más insistentes es el alto costo de estas unidades. Es difícil decir que no cuando autos como el Renault Kwid y el Suzuki Celerio, oficialmente de entrada a sus marcas, valen mucho más de 30 millones de pesos.

Otros como el Renault Sandero y el Chevrolet Onix, habitualmente contendientes por el mercado más ajustado, pasan los 60 millones, que antes eran montos reservados para SUV. Y de las camionetas, ni hablar.

Carros en Colombia: ¿por qué subieron los precios?

El aumento de los costos de los vehículos no es tan dramático como el de otros artículos como el pan, pero sigue impactando a miles de personas. En un segmento fuertemente influenciado por factores externos, el sector automotor enfrenta una dificultad importante, que ha provocado los altísimos precios.

(Vea también: 5 carros que rinden para conducir en Uber, Cabify y Didi y otras ‘apps’ en Colombia)

Estas son algunas de las razones:

Falta de chips

Una de las mayores problemáticas está en la falta de chips para construir vehículos. Por ejemplo, las empresas del grupo Stellantis, que une a Peugeot, Citröen, Fiat, Dodge, Chrysler y Ram, dejaron de fabricar 600.000 vehículos en todo el mundo por no contar con microprocesadores para sus vehículos.

Hoy en día estos chips no están únicamente en donde uno podría pensar, como la unidad de control del motor o el sistema de infoentretenimiento. La proliferación de sensores de seguridad o asistencias eléctricas implica la incorporación de más software y de procesadores.

Lee También

Un vehículo con los sistemas de asistencia que ya son obligatorios en otros países tiene una gran cantidad de chips que, en muchos casos, requieren sistemas propietarios y no se pueden reemplazar por otros hasta que haya miles de pruebas.

Las regulaciones

Estos sistemas de asistencia también cuestan, y cada vez más países los hacen obligatorios. Por ejemplo, en Estados Unidos todos los automóviles de modelos más recientes al 2019 deben contar con cámara de reversa. Así mismo, la Unión Europea ha insistido en hacer sistemas como el control de cambio de carril obligatorios a partir de 2025. Adicionalmente está el tema de seguridad: los dos airbags y ABS exigidos en Colombia ya son insuficientes.

El sistema de pruebas de seguridad Ncap cambió varias veces sus requisitos y modos de medición para castigar más agresivamente las fallas en accidentes, y ahora la ausencia de asistentes como el frenado de emergencia ante peatones o el control de tráfico cruzado son requisitos para conseguir cinco estrellas. Esto aumenta el valor de los vehículos haciendo que se requieran más aceros especiales, pero a su vez, salva más vidas.

(Vea también: Alertan por escasez de juguetes y más productos hechos en China para Navidad en Colombia)

La logística

Ya es conocido que en Colombia es más caro transportar un contenedor de Buenaventura a Bogotá que de Shanghai a Buenaventura. Pero las crisis de logística en Europa y Estados Unidos también han disparado el costo de los fletes a nivel internacional. La demanda de bienes de consumo (y el automóvil es el mayor de estos bienes) represada durante el 2020 ha hecho que en todo el mundo las compras sean cada vez más difíciles.

Como resultado, transportar automóviles se ha hecho más difícil. Tampoco ayuda que las grandes manufactureras internacionales den prioridad a sus mayores mercados, como puede ocurrir con las plantas en México para Estados Unidos, o con las de Brasil para los mercados local y de Argentina. La apuesta no ha sido sencilla y hasta grandes del mercado colombiano como Chevrolet han sufrido estas dificultades.

(Vea también: 5 carros que desaparecieron en Colombia y que vivirán siempre en el baúl de los recuerdos)

Dólar hoy

Y sí, finalmente hay que tener en cuenta una tasa de cambio elevadísima. Ocho años después de haber tenido tasas de cambio de 1800 pesos estamos por más del doble, y hemos bordeado los 4000. Esto hace que un Kwid de $39 millones tenga un valor de unos 9400 dólares, mientras que en su país de origen, Brasil, valga 48.000 reales (8700 dólares). La diferencia cercana a un 10% puede atribuirse a las tasas de tributación colombiana y a los costos logísticos.

Las importadoras, de hecho, han logrado un buen trabajo de ajustar sus tasas para absorber el golpe de la tasa de cambio. La dificultad mayor está en la pérdida de capacidad de los colombianos, quienes ahora deben trabajar mucho más para obtener un vehículo que costaba un 10% menos que antes de la pandemia.

Carros en Colombia: ¿cómo responden las automotrices a la situación?

Una de las medidas más agresivas ha sido la expansión del crédito. Donde antes se buscaban créditos de vehículos a 48 o 60 meses, hoy se habla hasta de 84 meses para un automóvil. El objetivo es mantener las cuotas por debajo de valores psicológicos como 700.000 o 1.000.000 de pesos mensuales, pero se ha convertido en un riesgo para las financieras.

Otra alternativa es enfatizar en los vehículos de tecnologías limpias, y buscar aprovechar los beneficios de tributación y cupos para automóviles híbridos o eléctricos. Esta ha sido una estrategia utilizada sobre todo por marcas de lujo como Audi, que tiene una gran cantidad de su oferta con hibridación ligera, aunque en otras marcas como Toyota y Suzuki la expansión de sus vehículos híbridos ha permitido ampliar su cuota de mercado.