Este jueves 28 de julio el ministro de Hacienda entrante, José Antonio Ocampo, se refirió a parte de las consecuencias que dejó la pérdida del grado de inversión luego de que dos de las tres agencias más importantes bajaran la calificación a Colombia y el papel que jugará la reforma tributaria en ese escenario.
Entre algunas de las consecuencias, Ocampo señaló que Colombia se ha marginado un tanto del mercado privado de bonos por la pérdida de apetito hacia el país.
Y, seguido a esto, aseguró que la reforma tributaria que llegará va a responder a varias necesidades: darles mayor respiro a las arcas fiscales del país, garantizar los recursos para las transferencias y, dijo Ocampo, muy importante: trabajar para recuperar el grado de inversión.
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Para el ministro entrante es clave que la reforma tributaria que salga del Congreso de la República sea un argumento más para recuperar la calificación, al menos, de una de las agencias: Fitch Ratings o S&P Global Ratings.
Coletazo a la calificación
Pero, ¿basta con la reforma tributaria para recuperar el grado de inversión? La respuesta inmediata es: no. Y así también lo tiene claro el ministro entrante.
A Colombia no le bastará con mejorar su estructura tributaria, ampliar los ingresos, reducir las deducciones o liderar una lucha más fuerte en contra de la evasión y la elución.
Para el país será clave dar con un entorno macroeconómico mucho más robusto, que pueda soportar las volatilidades y que pueda garantizar el crecimiento de su PIB de manera sostenida, esto incluye crecer, también, del lado de la inversión y la generación de empleo.
En una entrevista con Valora Analitik de junio pasado, Richard Francis, analista soberano para Colombia de Fitch Ratings, dio pistas de lo que puede llegar a ser la postura de la agencia para mejorar la calificación al país.
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“Hemos afirmado la calificación con una perspectiva estable. Para mejorarla vamos a necesitar una baja en la deuda en términos del PIB, no solo estabilizándola. También necesitamos ver si el crecimiento en el mediano plazo llega a un poco más del 3 %”, explicó en su momento Francis.
Lupa al crecimiento
La variable del crecimiento del PIB, como se ve, es clave. Y esta no depende exclusivamente de iniciativas como la reforma tributaria, habría que tener en cuenta cómo el consumo, con el alza de tasas de interés, se afecta y golpea el crecimiento económico desde esa variable.
Para Fitch, sin duda, el panorama es un poco mejor que el que se veía a finales del 2021, pero todavía falta para tener una mejora en la calificación.
Desde el lado de Moody’s, firma que mantuvo la calificación a Colombia, también ven primordial que el país crezca muy cerca del 3,5 %, en los próximos años, para evitar presiones y complicaciones fiscales.
Dado que la reforma tributaria todavía no tiene cuerpo y estructura en un documento, Moody’s simplemente se anima a plantear escenarios. En el caso en que la reforma esté en el escenario positivo, esta deberá ser estructural: que compense el aumento en gasto social y permita reducir el déficit fiscal de forma acelerada.
Mientras que el escenario negativo para esta reforma da cuenta de que lo aprobado sea insuficiente impidiendo contener el deterioro con déficit fiscal alto.
Finalmente, el mensaje al mercado será clave: si Colombia, han manifestado las calificadoras, se muestra como un entorno de consensos políticos y sociales, los inversionistas verán con buenos ojos al país. Esto acompañado de establecer los pesos y contrapesos de la transformación energética y lo que implica para Ecopetrol.
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