
La reciente decisión del gobierno de Estados Unidos de aumentar en un 10 % los aranceles a productos importados ha generado preocupación en Colombia, especialmente en el sector logístico, al ser EE. UU. uno de los principales destinos de exportaciones nacionales.
Esta medida podría reducir hasta en un 30 % las exportaciones colombianas, generando impactos negativos en los costos operativos, rutas comerciales y tiempos de entrega.
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Según la Encuesta Nacional de Logística, los costos logísticos ya representan el 17,9 % de la operación empresarial, lo que evidencia su vulnerabilidad.
Expertos como Juan Ángel, de Drivin, señalan que el aumento arancelario incrementará los precios de insumos importados y exigirá una replanificación logística.




Además, factores como la apreciación del dólar y los cambios aduaneros podrían provocar retrasos, afectando especialmente a productos perecederos.
En este contexto, la tecnología aparece como una herramienta clave. Aunque aún hay rezagos en su adopción, soluciones como el rastreo en tiempo real y la automatización pueden mejorar la visibilidad y eficiencia operativa.
La transformación digital del sector logístico se vuelve así indispensable para enfrentar los desafíos del entorno global y garantizar la competitividad de las empresas colombianas en medio de crecientes tensiones comerciales internacionales.
Cómo aranceles de Donald Trump afectan negocios en Colombia
El reciente aumento del 10 % en los aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos a los productos importados impacta significativamente a la economía colombiana, afectando especialmente a los negocios que dependen del comercio exterior y de insumos importados. Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de Colombia, por lo que cualquier barrera comercial impuesta por esta nación tiene efectos inmediatos y profundos sobre las exportaciones y la logística del país.
Este tipo de medidas encarece no solo el precio final de los productos colombianos en el mercado estadounidense, reduciendo su competitividad, sino que también incrementa los costos de operación interna en Colombia. Las empresas deben enfrentar un aumento en el valor de las materias primas y de los insumos que provienen del extranjero, lo cual se traduce en mayores costos de producción y distribución.
En consecuencia, las compañías colombianas que dependen del comercio con Estados Unidos se ven obligadas a realizar ajustes drásticos en sus operaciones. Por ejemplo, el encarecimiento de insumos puede afectar la rentabilidad de industrias clave como la agroexportadora, la manufacturera y la de bienes perecederos, como las flores o las frutas. Además, los aranceles generan una necesidad urgente de buscar nuevos mercados, lo que implica rediseñar rutas logísticas, buscar nuevos socios comerciales, contratar nuevos proveedores y adaptar los canales de distribución. Todo esto representa un aumento considerable en los costos logísticos, ya de por sí altos en Colombia, donde representan cerca del 17,9 % del total de la operación empresarial según la Encuesta Nacional de Logística.
La presión fiscal indirecta que imponen estos aranceles también se manifiesta en forma de demoras en las entregas y menor eficiencia operativa. La volatilidad del tipo de cambio, especialmente la apreciación del dólar frente al peso colombiano, encarece aún más el transporte internacional y los pagos a proveedores externos.
Qué más se afecta en negocios por los aranceles
Así, no solo se encarecen las importaciones y exportaciones, sino que se compromete la calidad del servicio y la satisfacción del cliente, especialmente en mercados donde la puntualidad y frescura del producto son críticos. La imposición de aranceles se convierte entonces en un multiplicador de costos ocultos para los negocios colombianos, afectando su capacidad de competir en el mercado internacional y su estabilidad financiera a largo plazo.
Ante esta situación, la adopción de tecnologías logísticas, como sistemas de gestión de transporte y herramientas de trazabilidad, se vuelve esencial para contrarrestar el impacto económico de los aranceles. Sin embargo, muchas empresas aún están en proceso de adaptación tecnológica, lo que limita su capacidad de respuesta inmediata y expone aún más al país a los efectos negativos de estas medidas proteccionistas.
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