Por: Portal Bogotá

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 14, 2025 - 11:34 am
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Un estudio reciente, publicado en la prestigiosa revista Nature, marca un hito en la comprensión de la evolución tumoral y la epigenética en el cáncer, específicamente en leucemias y linfomas. La investigación, liderada por equipos del Clínic-IDIBAPS de Barcelona y el Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, aborda los procesos de desarrollo y diversificación de los tumores utilizando nuevas herramientas para rastrear su historia biológica. Su principal innovación radica en el análisis del patrón de metilación del ADN, un mecanismo epigenético que, además de funcionar como regulador genético, actúa como una especie de “caja negra” capaz de codificar la trayectoria evolutiva del cáncer en cada paciente, información que hasta ahora resultaba inaccesible con las tecnologías convencionales.

Según el estudio, las marcas epigenéticas de metilación fluctuante operan casi como huellas digitales individuales para cada tumor. A través del algoritmo EVOFLUx, los investigadores logran descifrar estos patrones, lo que permite identificar la célula original que dio lugar al cáncer y monitorizar el surgimiento de cambios y subclones derivados de su crecimiento continuo. Este enfoque proporciona un nuevo nivel de información que puede transformar la toma de decisiones en el tratamiento del cáncer hacia una medicina mucho más personalizada. Así, la estrategia se orienta no solo a atacar el tumor como una entidad única, sino a considerar todas sus posibles variantes a lo largo del tiempo.

La perspectiva evolutiva de la oncología ha cambiado significativamente en años recientes. Mientras antes se centraba en el diagnóstico estático, la tendencia actual es observar al tumor como una entidad dinámica en permanente evolución, integrada en la complejidad del epigenoma y dotada de la capacidad de generar subclones resistentes a la terapia. Como apunta Nature Reviews Cancer, comprender las alteraciones epigenéticas permite percibir cómo la fisiología tumoral se adapta y cómo se forman barreras terapéuticas, promoviéndose así el desarrollo de herramientas predictivas que mejoren los pronósticos clínicos.

Por otro lado, este mismo mapeo molecular tiene implicaciones directas para el diagnóstico precoz: las huellas de la metilación pueden preceder a los síntomas e incluso a la formación de masas detectables. De acuerdo con The New England Journal of Medicine, la detección temprana mediante este tipo de vigilancia molecular se perfila como una estrategia que puede aumentar la supervivencia y eficacia de los tratamientos, abriendo la posibilidad del diagnóstico en estadios mucho más iniciales.

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Desde el punto de vista de la práctica clínica, la lectura detallada de la historia evolutiva del tumor justifica actuaciones como la combinación de terapias o una vigilancia más adaptada al perfil individual de cada paciente, especialmente cuando existen subpoblaciones celulares con potencial resistencia. Tal integración de biología molecular, epigenética y evolución tumoral con la oncología personalizada representa una transformación profunda del enfoque convencional del cáncer.

El alcance internacional y colaborativo del proyecto, respaldado por instituciones como la Asociación Española Contra el Cáncer y Cancer Research UK, da cuenta de la importancia y el impacto potencial de este tipo de investigación para la comunidad científica y médica a nivel global. Todo ello apunta hacia un futuro donde descifrar el desarrollo silencioso pero inscrito de los tumores indique el camino a intervenciones más tempranas y eficaces, consolidando un nuevo paradigma integral para el combate del cáncer.

¿Cómo impacta la metilación del ADN en el pronóstico de otros tipos de cáncer? La metilación del ADN, mecanismo epigenético estudiado en leucemias y linfomas por el equipo del Clínic-IDIBAPS y el Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, podría también tener efectos significativos en otros tipos de cáncer. Comprender sus patrones puede aportar pistas sobre la agresividad, progresión y respuesta a tratamientos de tumores sólidos o de otro origen hematológico. Este enfoque permite, de acuerdo con el estudio en Nature, visualizar la historia evolutiva de un tumor y anticipar posibles resistencias, lo que sugiere que su aplicación podría beneficiar el manejo de una gama más amplia de neoplasias. El interés en estos mecanismos ha cobrado fuerza ya que, como indica Nature Reviews Cancer, el epigenoma funciona de manera transversal en numerosas formas de cáncer. Investigar cómo la metilación fluctuante afecta otros perfiles tumorales podría abrir la puerta a nuevos biomarcadores y terapias, en línea con la tendencia de la medicina de precisión.

¿Qué significa “subclones celulares” en el contexto del cáncer? El término “subclones celulares” hace referencia a grupos de células dentro de un tumor que, a medida que el cáncer evoluciona, adquieren características genéticas o epigenéticas distintas entre sí. Este fenómeno es crucial porque, como sugiere la investigación citada en Nature, algunos subclones pueden desarrollar resistencia a los tratamientos o variar en su capacidad de propagarse, influyendo directamente en la respuesta clínica y el pronóstico del paciente. Comprender la existencia de estos subclones permite a los médicos anticipar posibles fracasos terapéuticos y considerar intervenciones más personalizadas. Identificarlos a través de los patrones de metilación, según el informe del Clínic-IDIBAPS, representa un paso decisivo para ajustar tratamientos y aumentar las probabilidades de éxito en la lucha contra el cáncer.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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