La circular expedida por el Gobierno detalla además que las compañías tienen que diseñar horarios flexibles y turnos de almuerzo que garanticen el distanciamiento social entre sus trabajadores; además, cada trabajador debe tener sus propios elementos de protección y dotación, evitando su intercambio, así como el intercambio de herramientas, informó el Ministerio de Vivienda en un comunicado.

“Cada proyecto contará con un inspector por cada 100 trabajadores y la ropa de trabajo que use el colaborador deberá permanecer en la obra y tendrá que ser distinta a la de uso diario”, dijo el ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, y agregó que las obras deben realizar permanentemente jornadas de desinfección en cada una de las áreas.

Este protocolo, según el funcionario, será vigilado por las entidades territoriales, a través de sus secretarías de planeación o hábitat (según corresponda) y, aquellas empresas que no lo cumplan, tendrán sanciones que incluyen hasta el sellamiento de la construcción. “Si algún proyecto incumple y pone en riesgo la salud de los trabajadores, tendrá que suspender actividades inmediatamente”.

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En caso de que se genere un crecimiento en las infecciones por el regreso de estos trabajadores, el Gobierno suspenderá inmediatamente las actividades para garantizar la salud del personal; sin embargo, como el proceso será gradual, le permitirá al Gobierno monitorear permanentemente las actividades del sector. “Los trabajadores pueden ser de diferentes sectores, localidades o barrios. Para su tránsito cada uno deberá estar debidamente acreditado por parte de la empresa”.

Respecto a los procesos de remodelación de vivienda, el ministro Malagón fue claro en que estos no están incluidos en la medida de reactivación del sector, por lo que este personal no está autorizado para retomar labores.