Desde el pasado 4 de agosto, la Superintendencia de Sociedades dejó en firme la liquidación de Justo & Bueno. Dicha decisión ha causado la terminación de más de 3.250 contratos de trabajo, adicional a los más de 3.000 empleos perdidos desde el inicio de la crisis de la cadena, en enero de 2022.

Precisamente, el 28 de agosto de 2022 se cumplió con una jornada clave en el proceso de liquidación de la empresa, ya que el juez que lleva el caso estableció esta fecha como el límite para la entrega de los locales a los arrendatarios. Hasta ese día se habían devuelto 614 locales de los 1.059 previstos, y dos bodegas, de las seis que había en el inventario de Mercadería S.A.S.

Sin embargo, Revista Semana aseguró que en el reporte presentado por el liquidador, Darío Laguado, el funcionario indicó las dificultades que ha tenido en este proceso. Por ejemplo, cuando se conoció el pasado 4 de agosto que no había plan de salvamento, la empresa tenía 3.257 trabajadores, después de la ejecución, todos quedaron cesantes, excepto 319 trabajadores, quienes han tenido algunos problemas de salud, lo cual ha dificultado las labores de entrega de locales. 

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Justo & Bueno: la tortuosa entrega de los locales

Además, el citado medio expresó que lo dispendioso de desalojar los inmuebles, ha hecho que algunos arrendatarios se nieguen a abrir los locales. Incluso, otros han tomado vías de hecho y causan afectaciones al proceso de liquidación.

“Aunque muchos propietarios de locales han colaborado con el proceso de restitución, algunos se han negado a abrir los locales; han impedido el retiro de las cajas fuertes y de los bienes que allí se encuentran, y hasta han resuelto regalar todas las cosas olvidando que estos bienes están embargados y por ese camino han tomado los locales a la fuerza y se oponen a la restitución formal”, expresó el agente liquidador.

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Finalmente, uno de los voceros de Justo & Bueno le contó algunos detalles de lo tortuoso que ha sido la entrega: “En algunos locales han vendido los bienes a menosprecio (a 1.000 pesos unidad) como si fueran propios y se han apropiado del precio. En otros se han negado a recibir los locales mientras Mercadería no se ponga al día con las cuentas de servicios públicos”.

Y agregan: “La mayoría de los proveedores y dueños de equipos, como las neveras, por ejemplo, se han desentendido de lo que les corresponde y no han retirado lo que les pertenece”.