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Durante el Foro de Perspectivas Económicas organizado por Valora Analitik y El Colombiano, Leonardo Villar, gerente general del Banco de la República, presentó un minucioso análisis sobre la coyuntura económica de Colombia, subrayando los desafíos que enfrenta el país en materia de inflación y política monetaria. Según sus declaraciones, la Junta Directiva ha decidido adoptar una actitud prudente respecto a las tasas de interés, manteniéndolas en niveles elevados hasta que la inflación avance de manera sostenida y se acerque a la meta establecida del 3%.
Villar recordó que en marzo de 2023 la inflación anual superó el 13,4%, contexto en el cual el Banco de la República incrementó la tasa de política monetaria desde 1,75% en septiembre de 2021 hasta 13,25% en ese mismo marzo de 2023. Este ajuste respondió a presiones inflacionarias de alcance global, derivadas tanto de la recuperación posterior a la pandemia como del encarecimiento de los alimentos y la energía, sumados a las implicaciones de la guerra entre Rusia y Ucrania. Para Villar, este fenómeno de incremento inflacionario no fue exclusivo de Colombia, sino parte de una tendencia internacional que llevó a máximos históricos las tasas de interés globales en 2023.
El gerente general hizo énfasis en que la desaceleración de la inflación en Colombia pasó por dos etapas diferenciadas. Entre marzo de 2023 y noviembre de 2024, el indicador disminuyó de manera significativa, situándose en 5,2%. Sin embargo, a partir de ese momento se produjo una estabilización, con datos recientes mostrando incluso ligeros aumentos, como el 5,51% registrado en octubre de 2025. Además, la inflación básica —que excluye alimentos y precios regulados— mostró una tendencia similar, descendiendo hasta 4,77% en mayo de 2025 para después repuntar a 4,99% en octubre de ese mismo año.
Las expectativas de inflación también reflejaron deterioro. Villar informó que, para finales de 2025, estas expectativas subieron desde cifras próximas al 3,7% en noviembre de 2024, hasta ubicarse en un rango entre 5% y 5,2%. Para 2026, el panorama anticipado llega levemente por encima del 4%. Tres factores principales inciden en estas tendencias: el aumento del salario mínimo (11% para el periodo considerado), la expansión fiscal y una demanda interna en crecimiento.
En el ámbito laboral, los indicadores mostraron mejoría: el número de ocupados aumentó 2,7% en las principales ciudades del país y 3% a nivel nacional, mientras que las tasas de desempleo disminuyeron a niveles de 8,1% y 8,2%, respectivamente. Sin embargo, Villar advirtió que este crecimiento de la demanda interna alimenta presiones inflacionarias, ya que la oferta de bienes y servicios no crece al mismo ritmo. Adicionalmente, mientras las importaciones han registrado alzas de dos dígitos, las exportaciones se mantienen estancadas, lo que ha revertido parte de la mejoría en la balanza comercial observada durante 2024.
En lo que respecta al tipo de cambio, el peso colombiano ha experimentado una apreciación del 15% respecto al dólar desde inicios del año. Villar atribuyó este fenómeno, no solo a la tendencia mundial de depreciación del dólar, sino también a operaciones relacionadas con el manejo de la deuda y la monetización de recursos externos por parte de la Tesorería General de la Nación, para cubrir el déficit fiscal. Pese a la apreciación, la inflación no ha mostrado el descenso esperado, lo que obliga al Banco a mantener su enfoque restrictivo en política monetaria.
Sobre las tasas de interés, el Banco de la República ha moderado el ritmo de reducción desde noviembre de 2024, con solo 50 puntos básicos de ajuste en el último año. Otros países de América Latina, como Perú, Chile, Uruguay y Costa Rica, han reducido más rápido sus tasas al estar dentro de sus metas inflacionarias. Sin embargo, experiencias como la de Brasil, donde fue necesario revertir la reducción tras nuevas presiones inflacionarias, refuerzan la cautela del Banco de la República.
El compromiso actual es mantenerse vigilantes y prudentes ante un escenario de elevada incertidumbre tanto nacional como internacional. Villar reafirmó la prioridad de garantizar la convergencia de la inflación hacia el 3%, insistiendo en que esta estrategia es la más idónea para el crecimiento económico sostenible del país, de acuerdo con la información expuesta en el foro y los datos oficiales del Banco de la República.
¿Por qué es relevante para la economía colombiana mantener la meta del 3% de inflación?
La fijación de una meta inflacionaria clara, como el 3% que mantiene el Banco de la República, es crucial para brindar estabilidad y previsibilidad tanto a los consumidores como a los inversionistas. Según lo expuesto por el gerente Villar, el respeto de esta meta permite que las decisiones de política monetaria estén orientadas a proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos y asegurar condiciones de financiamiento propicias para la inversión productiva en el país.
En un contexto de volatilidad internacional y riesgos internos, como el crecimiento acelerado del gasto fiscal o la presión de la demanda interna, mantener la referencia de una meta baja y estable facilita el control de expectativas y la confianza en la economía. Así, un objetivo de inflación bien comunicado fomenta la disciplina macroeconómica y contribuye a reducir la incertidumbre, aspectos determinantes para la sostenibilidad del crecimiento colombiano en el mediano plazo.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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