El proyecto, al que se le invirtieron 2,9 billones de dólares y que no estuvo exento de escándalos, finalmente entrará en funcionamiento y agilizará el transporte terrestre de pasajeros y carga entre el centro y el suroeste del país.

Es considerada la obra de infraestructura más grande de la historia de Colombia conformada por 25 túneles, 31 puentes y 3 intercambiadores viales, en 30 kilómetros de doble calzada que conectan a Tolima con el Quindío. Reducirá los tiempos de viaje entre Cajamarca y Calarcá entre 30 y 50 minutos, dejar atrás el incierto trayecto que suponía el ascenso y descenso por el alto de La Línea.

El llamado Cruce de la Cordillera Central de los Andes incluye esas 60 obras a lo largo de la cadena montañosa y también disminuirá el tiempo de viaje entre Bogotá y ciudades como Cali o el puerto de Buenaventura, en el Pacífico.

El presidente, Iván Duque, aseguró que con las obras dadas al servicio hoy se beneficia el turismo y el comercio, dos sectores “claves en la reactivación económica”.

Con la megaobra, añadió el jefe de Estado, se da un impulso a la “economía, la competitividad, mejora la movilidad y demuestra que no hay barreras cuando se trata de progresar”.

“Es el triunfo de Colombia porque en tres años y medio logramos terminar la obra que por más de un siglo” esperó el país y que cuando lo asumió su Gobierno estaba paralizada y desfinanciada y con mucho retraso en su ejecución porque varios contratistas abandonaron los frentes de trabajo, señaló el jefe de Estado.

Duque aseguró que en los casi nueves meses que restan de su administración buscará dejar concluidos o avanzados otros 20 megaproyectos de infraestructura, incluyendo el de la navegabilidad del río Magdalena, el principal de Colombia.

Aportes del Túnel de la Línea

De acuerdo con las proyecciones del Gobierno Nacional, este megaproyecto permitirá la generación de recursos anuales reflejados en:

  • Ahorro de 850 horas al año en tiempo de cierre de la vía.
  • Reducción en los índices de accidentabilidad.
  • Menor tiempo de recorrido entre Calarcá y Cajamarca (entre 30 y 50 minutos para vehículos livianos y pesados).
  • Incremento en la velocidad de operación vehicular del corredor Calarcá – Cajamarca, que pasará de 15 km/h a 60 km/h en los 30 kilómetros de doble calzada.
  • Mejor movilidad gracias a estabilización de taludes y la construcción de muros que reducirán considerablemente los deslizamientos que se presentan en la zona, lo cual evita los cierres viales y las fatalidades de los usuarios del corredor.
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Historia del Túnel de la Línea

La idea del túnel la planteó por primera vez en 1902 el ingeniero Luciano Battle, pero el desafío que suponía perforar la Cordillera Central lo hizo imposible durante el siglo XX hasta que en 2008, durante el Gobierno de Álvaro Uribe, se inició la obra a una altitud de 2.400 metros sobre el nivel del mar.

El conjunto de obras consta de 15 túneles en el Tolima y 8 en el Quindío, más los 8,6 kilómetros del Túnel de la Línea y su túnel interno de rescate).

Las obras realizadas desde 2018 dentro del Túnel de la Línea permitieron estabilizar ocho fallas geológicas, entre ellas la conocida como La Soledad, considerada la segunda de mayor complejidad geológica y técnica en la construcción de túneles en el mundo.

La entrega de la primera fase del Túnel de La Línea , que tuvo lugar en septiembre de 2020, fue el punto de partida para el circuito de obras del Cruce de la Cordillera.

Entre los 31 viaductos del complejo destaca el de Yarumo Blanco, con una extensión de 643 metros y forma de herradura para que soporte mejor las fallas geológicas de la zona.