Se siguen conociendo detalles de la presunta estafa que habrían sufrido al menos 80 egresados de las mejores universidades del país, empresarios y hasta hijos de políticos. Esas personas invirtieron 70.000 millones de pesos en el supuesto fondo ganadero, el cual les ofrecía rentabilidades de entre el 20 y el 40 %, pero ahora tienen su dinero embolatado.

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Felipe Rocha, cuya familia es propietaria de la reconocida ganadería Achury Viejo, es el principal señalado. El empresario se habría movido hábilmente entre la élite colombiana para que personas acaudaladas invirtieran en su negocio, que pese a dar resultados en los primeros años, a inicios de 2023 se fue al suelo.

El último plazo para que se hicieran los pagos era el jueves 30 de marzo. No obstante, Rocha no entregó un solo peso. Si no les devolvía la plata, los afectados lo iban a denunciar. Sin embargo, cambiaron de idea.

Víctimas de presunta pirámide ganadera no denunciarán a Felipe Rocha

El pasado 29 de marzo se reunieron los asesores jurídicos del empresario y el abogado Juan Felipe Criollo, quien representa a 16 personas que dicen sentirse estafadas, indicó W Radio

Aunque inicialmente se habló de una fiducia para responder por los dineros que se embolataron, los abogados de Rocha señalaron que mediante esta figura no sería posible restituir los pagos por el tiempo que tomaría y por la reputación financiera del empresario.

Así, el representante de las supuestas víctimas y los asesores de Rocha acordaron avanzar en la búsqueda de una solución viable. Por lo tanto, se decidió que, por ahora, no se tomarán acciones penales por el delito de estafa.

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De acuerdo con la emisora, no se interpondrá ninguna denuncia hasta que no se lleve a cabo una reunión pendiente con los abogados de Rocha. Solo hasta después de Semana Santa se encontrarán para concretar las fórmulas que permitan resarcir los daños causados.

Entre tanto, a algunas víctimas les propusieron hacer una Sociedad por Acciones Simplificada (SAS) para manejar los activos de Rocha y repartirlo entre quienes puedan demostrar sus inversiones.

El lío es que no todas han accedido porque los lujosos bienes del empresario; entre los que destaca un apartamento en el barrio Rosales, en el norte de Bogotá y su finca en Anapoima, no sumarían más de $ 20.000 millones.