El concepto resulta complejo y, aunque ya comenzó la cuantificación financiera de las actividades, no ha sido un sector muy atractivo. Sin embargo, por ser relativamente nuevo irá ganando más adeptos, de acuerdo con Portafolio.

Se llama ‘economía naranja’ por una determinación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que decidió asignarle este color al valor agregado que generan las industrias y empresas culturales.

La ‘economía naranja’ también es conocida como ‘economía creativa’ y está distribuida en la arquitectura, las artes visuales y escénicas, artesanías, el diseño editorial, el cine, la música, la moda y los juguetes, recogió el diario económico.

Según le contó el coordinador del grupo de Emprendimiento Cultural del Ministerio de Cultura, Ángel Moreno, al medio mencionado, el desarrollo de estos modelos alternativos son oportunidades de expansión ante la desaceleración económica y ante la inestabilidad del petróleo desde su fuerte caída.

El artículo continúa abajo

“Desde la economía debe entenderse que la Cultura genera empleo y muchas posibilidades de ingresos, hoy en día cuando hay indicadores para todo, lo que se no mide no existe”, señaló Moreno.

El consejero de estrategia del gobierno, Felipe Buitrago, dijo en Noticias Caracol que esta economía no “trabajará subsidiado, chupándole recursos a los demás, sino que agregará y producirá valor para dar más oportunidades”.

“La ‘economía naranja’ en Colombia puede rondar por los 30 billones de pesos en agregación de valor a la economía, hacia el 2025 esperamos duplicar la participación en el PIB”, agregó Buitrago al informativo.

Varios sectores en Colombia que entrarían en lo denominado ‘economía naranja’ han mostrado un incremento en los últimos años. La música, por ejemplo, muestra que la asistencia a conciertos tuvo un crecimiento de 30 % entre los años 2005 y 2012, señaló Portafolio.

Desde su candidatura, Iván Duque planteó iniciativas como reducir los incentivos económicos para los funcionarios públicos que incurran en actos de corrupción, la creación de un estatuto de subsidios y que se eliminen aquellos que sean ineficientes y el aumento de la oferta exportable que tiene el país y fortalecer la provisión de bienes públicos agropecuarios, de acuerdo con El Espectador.