
A 13 años de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos, se destacan importantes avances y retos en la relación bilateral.
Según María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, el país ha logrado posicionarse en los 50 estados estadounidenses, dominando más de 400 productos en su mercado interno, detalló La República.
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Aunque el sector minero-energético continúa siendo relevante, su participación en las exportaciones ha disminuido de 71% en 2012 a 40% en 2024, dando paso a un crecimiento del sector no minero-energético, que ahora representa el 60%.
En particular, dos productos agrícolas como el café y las rosas han mostrado alzas que los posicionan en la parte alta de la tabla en materia de exportaciones a Estados Unidos y ventas allá, mientras que otros, como el oro y el banano, han disminuido.




En contraste, las importaciones desde EE.UU. se concentran en combustibles, maíz, gas natural licuado y aeronaves. Pese a los logros, el déficit comercial ha aumentado desde 2014 y persisten preocupaciones sobre la seguridad alimentaria y la dependencia de productos que podrían producirse localmente.
No obstante, el TLC permitió consolidar a EE.UU. como principal socio comercial e inversionista en Colombia, además de fomentar un crecimiento del turismo del 261%. Aún así, expertos advierten que la relación sigue siendo asimétrica.
Cómo funciona el TLC entre Colombia y Estados Unidos
El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos es un acuerdo bilateral que busca facilitar el intercambio comercial entre ambos países mediante la eliminación o reducción de barreras arancelarias, la promoción de inversiones y la mejora de las condiciones para el comercio de bienes y servicios. Este acuerdo, que entró en vigor el 15 de mayo de 2012, ha sido una herramienta fundamental para integrar la economía colombiana a los mercados internacionales, especialmente al estadounidense, que es el mayor socio comercial del país. El TLC establece reglas claras para las relaciones comerciales, lo que da mayor seguridad jurídica a los exportadores, importadores e inversionistas de ambos países.
Uno de los aspectos principales del TLC es la desgravación arancelaria progresiva. Esto significa que muchos productos colombianos pueden ingresar al mercado estadounidense sin pagar impuestos, y viceversa. Desde su entrada en vigencia, miles de productos industriales, agrícolas y manufactureros han sido beneficiados con estas condiciones preferenciales. Por ejemplo, productos como flores, café, textiles y confecciones colombianas acceden con mayor competitividad al mercado estadounidense. De igual forma, Colombia importa de EE.UU. bienes como maquinaria, tecnología, productos agrícolas y combustibles, que también gozan de ventajas arancelarias. Además, el tratado incluye capítulos sobre propiedad intelectual, compras públicas, normas laborales y protección al medio ambiente, con el fin de garantizar prácticas comerciales justas y sostenibles.
En términos prácticos, el funcionamiento del TLC implica una serie de requisitos técnicos y normativos que deben cumplir los exportadores para acceder a los beneficios arancelarios. Uno de los principales es la certificación de origen, que demuestra que un producto fue producido en uno de los países miembros y por tanto es elegible para los beneficios del acuerdo. También es fundamental cumplir con normas fitosanitarias y técnicas que garantizan la calidad e inocuidad de los productos exportados, especialmente en sectores como alimentos y productos agrícolas.
Cuáles han sido las críticas al TLC de Colombia y EE.UU.
A pesar de sus beneficios, el TLC ha generado debates. Si bien ha permitido diversificar las exportaciones y reducir la dependencia del sector minero-energético, también ha evidenciado asimetrías en la relación comercial. Colombia ha enfrentado déficits en la balanza comercial con EE.UU. y sectores como la agricultura han sido afectados por la competencia con productos subsidiados estadounidenses.
En ese contexto, es fundamental que el país fortalezca su capacidad productiva interna y mejore su infraestructura exportadora para aprovechar plenamente los beneficios del tratado. En conclusión, el TLC entre Colombia y Estados Unidos es una herramienta clave para el desarrollo comercial del país, pero su éxito depende de una implementación estratégica y equilibrada.
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