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El presidente Donald Trump anunció este lunes que su administración está considerando aplicar exenciones temporales a los aranceles impuestos sobre vehículos y repuestos importados.
La medida busca darle un respiro a las compañías automotrices mientras se preparan para trasladar parte de su producción al territorio estadounidense, de acuerdo con Bloomberg.
¿Por qué no impondrían aranceles contra fabricantes de carros?
“Estoy considerando algo para ayudar a las compañías automotrices con esto. Están cambiando a piezas fabricadas en Canadá, México y otros lugares, y necesitan algo de tiempo, porque las van a fabricar aquí”, dijo el mandatario desde el Despacho Oval.
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Aunque Trump no especificó ni la duración ni los productos que serían excluidos, sus declaraciones provocaron una reacción inmediata en los mercados.
Las acciones de General Motors, Ford y Stellantis NV —la matriz de Chrysler— repuntaron tras sus palabras, revirtiendo las caídas de la jornada.
Los fabricantes de Detroit llevan semanas presionando a la Casa Blanca para que excluya de los aranceles ciertos componentes de bajo costo.
Aunque están dispuestos a pagar impuestos sobre vehículos terminados y partes clave como motores y transmisiones, consideran que una aplicación generalizada afectaría gravemente sus estructuras de costos.
Consecuencias de subir aranceles a empresas de carros
Ford, GM y Stellantis han advertido que los aranceles amplios sobre autopartes podrían elevar sus costos en miles de millones de dólares. Esto, a su vez, podría derivar en menores utilidades, advertencias sobre recortes de empleos y una desalineación con el objetivo declarado de Trump: reindustrializar la economía estadounidense.
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La política comercial del presidente ya contempla un arancel del 25% para vehículos completamente ensamblados, con derechos sobre piezas que entrarán en vigencia el próximo 3 de mayo.
Los automóviles que cumplan con el contenido nacional exigido en el tratado comercial de América del Norte están exentos. Además del sector automotor, Trump anunció que planea imponer aranceles a las importaciones farmacéuticas “en un futuro no muy lejano”.
Al mismo tiempo, presumió haber concedido alivios a productos tecnológicos clave, como electrónicos de consumo, que temporalmente estarán exentos del arancel del 125 % sobre bienes provenientes de China.




El mandatario también destacó beneficios para compañías como Apple y Nvidia, como parte de su estrategia de “grandeza económica” basada en inversión nacional y proteccionismo calculado.
“Mira, soy una persona muy flexible, no cambio de opinión, pero soy flexible”, afirmó.
La volatilidad en los anuncios ha generado preocupación entre analistas y socios comerciales. Las idas y vueltas de la Casa Blanca en sus planes arancelarios dificultan la planificación estratégica de empresas globales, mientras Trump insiste en renegociar acuerdos para corregir lo que considera desequilibrios comerciales históricos.
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