
El sector automotor colombiano enfrenta un panorama de incertidumbre ante tres decisiones gubernamentales cruciales. Estas medidas amenazan con alterar la dinámica del mercado y afectar directamente el bolsillo de los ciudadanos.
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Andrés Chaves, presidente de la Asociación Nacional De Movilidad Sostenible (Andemos), una voz autorizada en la industria, expresó en El Tiempo una profunda preocupación por el rumbo que están tomando ciertas políticas. Estas se centran en la forma en que el Gobierno aborda los reglamentos técnicos derivados del TLC con Estados Unidos.
También preocupa la redefinición de las reglas para la reposición de vehículos de carga. Finalmente, la revisión del acuerdo comercial que facilita la importación de vehículos desde Brasil añade inquietud. Estas tres áreas, vitales para la operatividad y la oferta del mercado automotor, están suscitando incertidumbre, lo cual podría traducirse en un freno a las ventas y un encarecimiento de los vehículos.
¿Qué pasa con la venta de vehículos en Colombia y el TLC con Estados Unidos?
La modificación implementada durante el Gobierno de Iván Duque, exige que un tercero certifique la conformidad de los vehículos. Este requisito choca directamente con la filosofía del TLC, el cual se basa en la confianza mutua y donde Estados Unidos no expide tales certificaciones.
Esto incluye no solo los importados directamente de EE. UU. sino también aquellos fabricados bajo sus estándares en otros países. Esta porción representa aproximadamente el 50 % del mercado. La consecuencia directa para los consumidores sería una menor variedad de opciones, así como un posible aumento en los precios de los vehículos disponibles.
Esto ocurriría en un mercado colombiano que ya representa una porción muy pequeña a nivel global. Esta porción es alrededor del 0,2 % de las ventas mundiales en 2024, con unas 200 000 unidades de los 94 millones comercializados, según las cifras presentadas por Chaves al medio.
Andemos ha solicitado un periodo de transición de entre 16 y 24 meses para que los importadores puedan adaptarse. Esto evitaría una disrupción que perjudicaría tanto a las empresas como a los ciudadanos que necesitan acceder a un vehículo. La ausencia de una pronta solución a esta modificación podría dejar fuera del mercado colombiano la oferta de vehículos americanos, según advierte el gremio.
¿Qué está pasando con la reposición de vehículos de carga en Colombia?
La propuesta por parte del Ministerio de Transporte de volver a un esquema “uno a uno” exigiría la desintegración de un vehículo antiguo para matricular uno nuevo. A esto se suma un sobrecosto del 25 % en la matrícula, que supone una carga económica considerable, la cual afectaría especialmente a los pequeños transportadores, quienes representan cerca del 80 % del sector.
Esta medida, además, no diferencia por rangos de carga, por lo cual aplicaría la misma regla a camiones desde 3,5 toneladas en adelante, mientras que antes era desde 10,5 toneladas, con la posibilidad de ralentizar la renovación de sus flotas.
De igual manera, el sector está preocupado por la posible eliminación de incentivos previos, como la exención del IVA Crei, que ayudaba a la reposición de camiones.
Andemos propone un modelo híbrido. Este permitiría la reposición uno a uno, ofreciendo también la opción de pagar un sobrecosto razonable. Que podría ser del 20 %, frente al 15 anterior. Esto sería para quienes no tengan un vehículo para desintegrar y así consideran que se evitaría asfixiar a los pequeños transportadores y encarecer el transporte.
La situación con los carros importados desde Brasil
Finalmente, la tercera decisión que suscita inquietud es la revisión del acuerdo de importación de vehículos con Brasil. Este acuerdo permitía el ingreso de una cantidad importante de vehículos (cercana a las 1000 unidades) sin aranceles, ampliando la oferta y, potencialmente, estimulando precios más competitivos.
La decisión del Gobierno de revisar este acuerdo, argumentando problemas de competitividad, podría traducirse en restricciones a estas importaciones. Por ende, habría una menor disponibilidad de ciertos modelos y un posible aumento de sus precios.
Andemos considera fundamental que el Gobierno establezca rápidamente mesas de diálogo con Brasil. El objetivo sería encontrar soluciones que beneficien a los consumidores colombianos y a la industria, para evitar una disminución en la oferta de vehículos que actualmente atienden las necesidades de una parte importante de la población.
Pese al complicado panorama, desde la asociación ven con optimismo el futuro de la venta de vehículos en Colombia, y consideran que los desafíos regulatorios requieren intervención del Gobierno y también apoyo de los gremios.
La importación de vehículos y la llegada de nuevas tecnologías no enfrentan restricciones, lo que favorece el crecimiento del mercado. Sin embargo, es clave que las regulaciones sean adecuadas para evitar obstáculos que frenen el desarrollo de la industria y permitan que más colombianos accedan a movilidad sin barreras.
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