Tras años difíciles marcados por la política y la pandemia, la publicidad prepara un retorno grandioso para el Super Bowl del domingo, que incluye el regreso de grandes marcas y celebridades, con el que busca mostrar que Estados Unidos se levanta.

A una media de 6,5 millones de dólares por medio minuto (unos 25.000 millones de pesos mal contados, o sea, el salario mínimo de 25.000 colombianos en un mes) según varios medios estadounidenses, la cadena NBC —que retransmite esta final de la liga profesional del fútbol estadounidense (NFL)— podría alcanzar un volumen de negocios mayor a los 500.000 millones de dólares.

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Esta cifra es aún más complicada: 500.000 millones de dólares equivalen a 1.957’420.000’000.000 de pesos (para entenderlo mejor, casi 2.000 billones de pesos o el equivalente a cinco presupuestos generales de la nación en Colombia como el que se aprobó para este año que fue de 350 billones de pesos)

Tras la caída del año pasado, el precio de los anuncios subió este año una media de 18 %, una excelente señal del apetito por este monumento del deporte estadounidense.

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“El Super Bowl es un terreno publicitario único porque puede llegar a 100 millones de personas”, recuerda Charles Taylor, profesor de marketing de la universidad de Villanova. En comparación, el programa televisado no deportivo más visto en Estados Unidos en 2021 fue la entrevista de Harry y Meghan, con 21 millones de espectadores.

Pese a la revolución del ‘streaming’, la publicidad suele estar ausente de sus plataformas. Varias marcas que hace años habían dejado de lado el Super Bowl, como las maquinillas de afeitar Gillette (16 años) o las papas fritas Lay’s (17 años), decidieron volver.

También regresan los fabricantes de automóviles como Nissan, Kia o BMW, así como las agencias de viajes digitales Booking.com, Expedia o el portal de alquiler de residencias de vacaciones Vrbo.

“Enfoque ligero”

Es un voto de confianza para 2022, el año del regreso de los viajes“, explica el presidente de Expedia (del que Vrbo es filial), Jon Gieselman, en una declaración enviada a la AFP.

Tras un 2020 político, con anuncios comprados sobre todo por los aspirantes a la presidencia estadounidense, Donad Trump y Michael Bloomberg, 2021 estuvo aún más marcado por la pandemia, reflejando el estado de ánimo del país, entre el virus y una economía convaleciente.

Por primera vez en 37 años, la cervecera Budweiser se saltó el acontecimiento, prefiriendo consagrar su presupuesto para promover la campaña de vacunación contra el COVID-19. Coca-Cola y Pepsi también estuvieron ausentes.

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Tras dos años de COVID-19, “nuestro objetivo es destacar la perseverancia y la determinación del país y mostrar que uniéndonos, podemos avanzar“, declaró Daniel Blake, vicepresidente de Budweiser.

Más que el tono grave de “Bud”, con corto de un caballo herido que se recupera milagrosamente, este año la cervecera apuesta por la distensión. “El país y el mundo acaban de atravesar un periodo muy difícil […], es el momento adecuado para un enfoque ligero“, dice Charles Taylor.

Este año no se verá (en los anuncios) a gente con mascarilla ni conversaciones sobre el virus ni discursos políticos“, anticipa Tim Calkins, profesor de marketing de la universidad de Northwestern.

40 % de nuevos llegados

Los anuncios ya desvelados muestran a un Arnold Schwarzenegger encarnando a Zeus, o al actor Zac Efron como un pescador hirsuto perseguido por un monstruo marino.

“Nadie comenta la publicidad que se emite durante ‘Le Bachelor'”, dice Tim Calkins. “Pero el Super Bowl es diferente. El nivel de atención es increíble, es fácil perderse. Por eso, este año, los anuncios se la juegan sin riesgos“.

Algunas marcas han visto crecer su notoriedad un 24 % gracias a un anuncio de 30 segundos en el Super Bowl, según la agencia Kantar. Además de los fieles, los emprendimientos buscan captar un poco de luz en esta gran final que disputarán Los Angeles Rams y Cincinnati Bengals.

Cerca del 40 % de los anunciantes serán novatos, entre ellos, las criptomonedas, los vehículos eléctricos y las plataformas de apuestas deportivas, tres sectores de la economía estadounidense con viento a favor.

Es posible que la publicidad haya emigrado a internet, con su enfoque personalizado para cada consumidor, pero nada reemplaza al Super Bowl.

“Se pueden comprar los espacios en Facebook y saber exactamente quién va a pinchar, dónde van a ir los internautas”, dice Tim Calkins, “pero hacer publicidad durante el Super Bowl, es otra cosa. Se construye una marca”.