En temporada de fin de año es usual que los gastos incrementen como parte de la celebración, por eso le compartimos algunas recomendaciones para construir hábitos saludables.

¿Cómo hacerlo?

Planear: se debe tener presente un presupuesto que considere los ingresos y egresos que se tendrán en ese período, esto con el fin de evitar riesgos que se puedan materializar por las decisiones de compra y gasto que se van tomando.

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Para ello, funciona hacer un balance entre la cantidad de dinero disponible y el tope de gasto que se permite. Partiendo de esto se procede a realizar un análisis de lo que se quiere comprar y lo realmente necesario.

Proyección a largo plazo: la mente tiene sesgos cognitivos que implican la toma de decisiones rápidas e inmediatas, pero no asertivas. En ese sentido, este tipo de decisiones pueden afectar el futuro financiero y a su vez, impiden proyectarse y planear de manera responsable.

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Aun cuando las promociones son muy atractivas, se debe evitar la influencia de estos sesgos y, en cambio, pensar con mayor detenimiento al momento de realizar cualquier compra. Así, se logra un buen equilibrio entre lo que se quiere obtener y las repercusiones de obtenerlo.

Reflexionar:  es indispensable analizar siempre si a la hora de comprar, ese gasto es beneficioso a largo plazo; además es importante evaluar el flujo de dinero y la capacidad de endeudamiento.

Ahorrar: se recomienda reservar un porcentaje de los ingresos adicionales de fin de año como la prima o los beneficios extralegales, para futuras eventualidades.

Mejore su autorregulación: se debe aprender a medir los gastos en antojos o compras innecesarias. Antes de una compra se debe analizar si realmente es necesario y si el presupuesto permite el gasto, o si se debe esperar para adquirirlo. Es importante no dejarse llevar por promociones o publicidad en estas épocas, ya que en algunos casos pueden ser engañosas.