En mayo de 2015 se inauguraron en Bogotá los apartamentos de la Plaza de la Hoja, un proyecto que nació en la Alcaldía de Gustavo Petro, que buscaba darles vivienda a víctimas del conflicto.

Las edificaciones de color gris, que muchos arquitectos han catalogado como el edificio más feo de Bogotá, alojan a personas de bajos recursos, como una iniciativa para dar vivienda digna a muchos colombianos. Con la crisis económica que se vive en el país actualmente, ese sueño se está complicando para muchas personas.

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Sin embargo, el proyecto no salió del todo bien pues se hizo y no terminaron completamente el edificio, estaba en obra gris y el aspecto oscuro, sin normas arquitectónicas, la falta de seguridad privada, han privilegiado que haya delitos dentro de las edificaciones.

El ‘youtuber‘ bogotano Diego Andariego volvió a caminar las calles de la capital para responder preguntas sobre los lugares insignia de Bogotá y en esta ocasión encontró quién lo dejara entrar a la Plaza de la Hoja, ubicada en el centro de la ciudad.

La edificación ha sufrido muchos cambios, pero las críticas persisten, porque a pesar de que buscaban mejorar el entorno de las víctimas del conflicto, los apartamentos fueron entregados en obra gris, con problemas estructurales que hoy preocupan a muchos.

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Como se puede ver en el video, el conjunto cuenta con varios edificios de hasta 15 pisos de alto, en donde se encuentran grafitis en los pasillos y macabras historias que cuentan quienes habitan el lugar.

Intentos de robo en los ascensores del lugar, un feto sin vida en una tubería que ocasionó inundación en varias plantas, temblores que han dejado desnivelado y agrietado el piso, que sigue en obra negra.

Aunque las cosas han ido mejorando, las historias no dejan con tranquilidad a muchos, que creen que podrían vivir mucho mejor y que han tenido que lidiar con la delincuencia.

Uno de los relatos afirma que con la destrucción del Bronx, en la administración Peñalosa, muchos habitantes de calle quisieron entrar a la fuerza, por lo que tuvieron que envalentonarse y sacarlos, sin ayuda de las autoridades.