El nombre de Laserna Phillips fue mencionado como asesor de Arango por Julio Sánchez Cristo, de ‘La W’, junto con el de Cristina Palacio, otra ex RCN.

Arango fue nombrado en esa posición para enfrentar la crisis de rating y económica en reemplazo de Gabriel Reyes, quien fue promovido a una vicepresidencia del Grupo Ardila.

La crisis en el ‘rating’ del canal se viene registrando desde hace más de dos años, de forma recurrente, con estrenos de producciones que han pasado sin pena ni gloria como ‘La luz de mis ojos’, ‘Todo es prestado’ (sobre la vida de Galy Galiano) y ‘El Comandante’, entre otras.

Arango es reconocido por rescatar empresas, y lideró las reestructuraciones de compañías como Coltejer, Paz de Río y Millonarios.

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Cuando fue nombrado Arango quedó claro que no era un hombre de medios, pero sí tenía la sensibilidad y el conocimiento para buscar quién lo aconsejara, y quién hiciera las las cosas. Ahí es donde cuadran los nombres de Laserna y Palacio.

Laserna no solo ha sido presentador, sino que viene respaldado por una amplia experiencia gerencial, empresarial y periodística, además de ser fuerte en contenido y programación.

Tal vez el cargo más relevante, y que lo hizo atractivo, es haber sido presidente del Canal Caracol entre el 2001 y el 2011.

Cristina Palacio, por su parte, había salido recientemente del Canal RCN, como resultado del pobre resultado del ‘reality’ ‘Protagonistas’, pero venía precedida, cuando llegó al Canal en el 2015, de éxitos como ‘Masterchef’ y ‘MasterChef Junior’ para el canal RCN, de su productora Be-TV, y ‘Las Muñecas de la Mafia’, ‘Infiltrados’ y ‘El Cartel 2’ para el Canal Caracol.

Además de Laserna y Palacio, el Canal estaría siendo asesorado por extranjeros, cuyos nombres no se han revelado. RCN ha tenido históricamente una relación con Televisa.

Claramente, Arango no solo tiene carta blanca para meter la mano en todo, sino que lo hará.

Ni siquiera quedará a salvo el noticiero, a cuyo sesgo antigobiernista, interna y externamente, algunos atribuyen los pobres resultados en rating.

Arango y su grupo de asesores tendrán que enfrentar varios hechos, como el de que “las noticias” en Colombia están asociadas a un nombre: Caracol. Y no solo en televisión sino en radio. Aunque son empresas diferentes, para el colombiano de a pie tal diferenciación no existe.

En términos de tiempos, tendrán que tomar la decisión de si los cambios que introduzcan se harán antes o después de la gran coyuntura noticiosa del 2017, con primera y segunda vuelta presidencial, legislativas, Mundial de fútbol.

Así mismo, tienen la coyuntura de la renovación de la licencia del Canal, cuyo costo asciende a unos 250 mil millones de pesos.

El día anterior, periodistas de ‘La W’ dijeron que Arango, el Grupo Ardila y sus asesores incluso se estarían planteando la posibilidad de no renovar la licencia, e invertir más bien en televisión por cable.

Visto en términos empresariales pragmáticos esto tendría todo el sentido del mundo, no solo por la la crisis mundial de la televisión abierta, propiciada por internet y plataformas como Netflix y otras.

Pero es muy poco probable que el grupo empresarial Ardila renuncie al poder político que se deriva de la propiedad de medios de comunicación, y la defensa de sus intereses empresariales.

En cualquier caso, si la crisis de RCN es el resultado de que el mercado solo da para tener un canal, como lo dijo Julio Sánchez en ‘La W’, las preguntas que surgen van más allá del futuro de Nuestra Tele: ¿seguirá el Canal Uno el mismo camino? ¿Qué le espera al grupo Luis Carlos Sarmiento y El Tiempo si logran concretar la consecusión del ‘tercer canal’, que en realidad sería el cuarto?