Luego de surtirse el primer debate de la reforma tributaria, el expresidente César Gaviria, líder del Partido Liberal, planteó varias dudas sobre la iniciativa que planteó el Gobierno Petro al Congreso, con la que pretende recaudar $22 billones para financiar varios de los proyectos que prometió en campaña. Los reparos no son de poca monta e incluso tienen tambaleando su apoyo, y de paso el de varios congresistas liberales, al proyecto.

En el círculo cercano al expresidente incluso se comenta que, por ahora, la postura es que los parlamentarios del trapo rojo voten el proyecto de forma negativa o que se la jueguen por promover algunos recortes de tal forma que el monto a recaudar descienda a $10 billones. Para discutir esos reparos a la reforma, los senadores y representantes liberales se reunirán al mediodía del miércoles en el Hotel de La Ópera, ubicado en el centro de Bogotá, donde horas antes estarán los congresistas del Partido de la U hablando también sobre la posibilidad de no apoyar la reforma.

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En ambas bancadas hay preocupaciones similares, como los impuestos saludables (alimentos ultraprocesados), a las pensiones e hidrocarburos, pero el expresidente Gaviria planteó otros reparos como la tributación de las personas naturales, el pago de regalías, el impuesto de renta para las zonas francas e impuestos a las pensiones, al patrimonio, el ICA y el 4 x 1.000.

En sus anotaciones sobre personas naturales, el exmandatario destacó como “desproporcionado” que si bien “las personas con ingresos inferiores a $10 millones obtendrán una reducción de su tributación y las personas con ingresos superiores a este monto tendrán un incremento de su tributación”, teniendo en cuenta que este último apartado hace referencia a personas con un ingreso mensual entre $15 y $75 millones.

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Según Gaviria, ahí existe una “inequidad” porque “una persona con un salario mensual de $40 millones, tendrá que destinar un salario mensual al año para el pago de su impuesto adicional. Es desproporcionado que las personas que se encuentran en este rango tengan un incremento tan desmedido en el impuesto a cargo”.

Sobre los impuestos a las pensiones, Gaviria señaló que la tributaria gravara dos veces la pensión, al cotizarse y al obtener la pensión. Una doble tributación que para Gaviria debería plantearse de otra forma ya que grava por un lado “los aportes a los fondos de pensiones superiores a una cuantía cercana a $1.300.000″, y por otro “la pensión de más de $9.500.000″.

Respecto al ICA (impuesto de Industria y Comercio) y el 4 x 1.000, que son tributos que de acuerdo con Gaviria presentan “problemas” al no gravar la utilidad de los contribuyentes, sino su actividad, el expresidente propuso convertirlos en una “retención en la fuente 100 % recuperable” para el caso del 4 x 1.000. Y sobre el ICA, rechazó que en el texto que se aprobó en el primer debate se haya consignado la eliminación de un descuento que resolvía el gravamen al ingreso bruto de las empresas.

Otra inquietud del director del liberalismo fue sobre el impuesto al patrimonio, que fue eliminado en la pasada reforma tributaria. En la actual reforma se propone de nuevo un impuesto al patrimonio con tarifas de hasta el 1,5 % anual, algo que para Gaviria “puede llevar a duplicar o triplicar el costo de adquisición de las acciones”, por lo que lo tildó como “altamente inconveniente”.

Reducir la carga tributaria a la extracción de petróleo, gas y carbón también hace parte de las sugerencias del exmandatario, quien califica como “inviable” que en el caso del petróleo se imponga una sobretasa permanente y que no esté atada al nivel de precios. “No es consecuente con la premisa de mayor contribución de la industria en un escenario de precios altos para un producto que como los hidrocarburos es, en esencia, cíclico y volátil”, dijo Gaviria, y destacó que este impuesto “podría impactar los acuerdos internacionales de protección y promoción de la inversión”.