Trump  aprovechó además su reunión con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para sacarle, literalmente, una tarjeta roja a los medios de comunicación que cubrían el evento.

El presidente de la FIFA le ofreció una tarjeta amarilla y una tarjeta roja, explicando su significado. Sonriente, Trump luego blandió la tarjeta roja en dirección al pequeño grupo de periodistas presentes en el Despacho Oval.

“Estoy muy satisfecho de que hayamos conseguido este importante evento, quizás el mayor del mundo”, dijo Trump, recordando la pasión de su hijo Barron, de 12 años, por el balón redondo.

“En 2026, no estaré aquí. Tal vez extenderán el mandato. Si no lo hacen, los medios se aburrirán. Se quedará sin trabajo“, bromeó entre risas.

Otro de los momentos particulares de la reunión se dio cuando Trump le insinuó a Infantino que el fútbol, en inglés, debería dejar de llamarse ‘soccer’ para tomar el nombre de ‘football’, como el del fútbol americano que identifica tanto a Estados Unidos.

Sonriente y con buen humor, Infantino le respondió: “lo podemos negociar”.

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Después de subrayar la voluntad de la FIFA de trabajar con los Estados Unidos, Canadá y México para organizar un Mundial “fantástico”, Infantino ofreció al inquilino de la Casa Blanca dos camisetas con su nombre y el número 26 (referencia a 2026) y el 45 (Trump es el 45º Presidente de los Estados Unidos).

El trío Estados Unidos-Canadá-México fue elegido a mediados de junio para organizar la Copa Mundial de 2026, que será la primera de la historia en reunir a 48 equipos.