Dentro de la cancha, las diferencias a nivel individual y colectivo eran obvias. Sin el lesionado Neymar, el tridente integrado por el uruguayo Edinson Cavani, el argentino Ángel Di María y el francés Kylian Mbappé se midieron a jugadores que solo habían visto la elite del fútbol por la televisión y que actualmente pelean por no bajar a la cuarta categoría.

Les Herbiers contaron en el primer tiempo con una primera -y única- incursión peligrosa por el costado izquierdo en el minuto 1 de partido. A partir de ese momento, el PSG tomó lógicamente el mando. Hubo que esperar 25 minutos y tres postes para que Lo Celso abriera el marcador con un preciso remate desde fuera del área.

Al regreso del descanso se vio un Les Herbiers más abierto y un PSG dispuesto a aumentar su saldo goleador. Mbappé lo logró en el 50, pero el vídeo árbitro lo anuló por una mano del brasileño Marquinhos. Esta decisión arbitral desató la euforia entre los aficionados del pequeño club francés, que lo celebraron como un gol.

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El PSG, que excepto por las bajas por lesión del italiano Marco Verratti y de Neymar presentó un once de primeras espadas, continuó con su acoso a la meta de Pichot. Cavani erró dos claras oportunidades y a Mbappé también le negaron el gol hasta que el uruguayo provocó un penalti y no perdonó en el 74.

Aunque Les Herbiers no jugarán la Liga Europa por el cambio de reglas desde la temporada 2014-2015, la derrota dos a cero la celebraron como un triunfo. Y eso que tuvieron el gol de la honra muy cerca en el descuento en una contra desbaratada por Trapp.

Los parisinos terminaron haciéndole pasillo al subcampeón, como se aprecia en este video:

PSG levanta su decimosegunda Copa francesa, más que ningún otro club, cuatro de las últimas logradas de forma consecutiva; a su vez, el brasileño Dani Alves se consolida como el futbolista con más títulos colectivos y Emery, que deja su puesto de entrenador en junio, logra su cuarto trofeo de la temporada después de la Supercopa, Copa de la Liga y el campeonato francés.

Un logro que no difumina la tremenda decepción que supuso la eliminación ante el Real Madrid en octavos de final de la Liga de Campeones, torneo que los dueños qataríes del club parisino persiguen desde que compraron el club en 2011.