La vestimenta fue aprobada por las normas de la UCI, trámite que el equipo de Chris Froome realizó con antelación para evitar la polémica de 2017, cuando algunos equipos, como el FDJ, denunciaron el uniforme de burbujas que lucieron los componentes del Sky al considerar que les había dado ventaja para ganar tiempo.

Aquel tejido de burbujas, el vórtex, lo portaban en los hombros y en la parte superior de los brazos y ese elemento proporcionaba una supuesta ventaja aerodinámica de entre 18 y 25 segundos en la contrarreloj de 14 kilómetros que tuvo lugar en Düsseldorf.

Geraint Thomas ganó esa contrarreloj y se puso la primera camiseta amarilla, mientras que Vasil Kiryienka fue tercero, Chris Froome fue sexto y Michal Kwiatkowski fue octavo. Froome ganó medio minuto sobre sus rivales en general y 1:03 sobre Rigoberto Uran, quien terminó segundo detrás del británico en París con solo 54 segundos.

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El FDJ no encajó el resultado e hizo una protesta formal afirmando que abusaron de las reglas técnicas de la UCI. Sin embargo, el Sky aprovechó unas reglas poco definidas, insistiendo siempre en que los paneles de burbujas eran una parte integral del material.

A diferencia del vórtex, el diseño de este año está hecho de material extremadamente suave, especialmente delgado y casi transparente, ideal para rodar a velocidades superiores a los 55 kms/hora.

Se trata de un buzo nuevo, revolucionario, en el que las burbujas están fuera, y fue mostrado a la UCI el miércoles pasado y fue aceptado sin ninguna oposición.