Lo hizo justo después de ganar su tercera medalla en Juegos Olímpicos, primera plata después de los oros en Londres 2012 y Río 2016. Fue después de que Ricardo Orrego, de Caracol Sports, le preguntara por las amenazas que había recibido.

No quedó del todo claro si se trataba de aquellos ataques que se dieron cuando tuvo un breve desacuerdo con Nairo Quintana, hace ya algún tiempo. Sin embargo, para ese medio es claro que se trató de amenazas por la participación de su esposo, Vincent Pelluard, en Tokio 2020, la cual pusieron en tela de juicio algunas personas por desconocimiento del proceso de clasificación.

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La antioqueña no esquivó la pregunta, salida que era tan fácil como tomar el metal, ponerlo frente a su rostro y que el destello argentado hablara por ella.

Pero no. Como la pelota, la medalla tampoco se mancha. Mariana Pajón bajó la mirada con pesar durante un breve instante, como cualquier persona que lamenta haber sufrido algo ya tan cotidiano en Colombia como las amenazas, pero luego levantó la cara y pasó la página:

“Lastimosamente vivimos en un país que es una olla a presión y a veces nos manifestamos así, pero es solamente cariño y uno lo convierte en triunfos. Al final llegas a tu casa, cierras la puerta y estás con los que realmente valen la pena y los que han creído en tí”, reflexionó.

Mariana, que se convirtió en la primera colombiana en coleccionar tres preseas olímpicas, no solo dejó en alto el nombre del país, que también es el más ganador en el medallero histórico del BMX olímpico, sino que demostró que no hay rencores y que de Colombia son más los aplausos que recibe:

“Yo también le digo gracias al país. Si uno pedalea es para que ese himno suene y estos colores suban a lo más alto. Eso empuja muchísimo. Si sabemos que nuestra energía es buena y todos vamos por el mismo camino llegamos bien lejos”, concluyó.