Ernesto Ávila, de la delegación de Perú en los Juegos Bolivarianos, se ha dedicado a escribir bitácoras sobre su viaje hacia la sede principal de estas justas deportivas, y en una de ellas manifestó que “la Villa no estaba lista” para recibirles.   

De acuerdo con Ávila, nacido en México, ya le habían contado que la Villa Bolivariana tenía “bastantes fallas”, pero cuando él, y su equipo, llegó a este complejo residencial se dio cuenta “que no bromeaban ni exageraban” al respecto. 

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“Realmente la Villa tiene muchas carencias y elementos inconclusos, pero he aprendido a ser agradecido y no quejarme”, dijo el entrenador.

En entrevista con EL PILÓN, el representante de la Federación Peruana de Bowling manifestó que aunque “alguien no hizo su trabajo, han hecho un esfuerzo por apagar el incendio”.

Entre los problemas mencionados están la interferencia en la luz eléctrica, falta de cortinas en las ventanas, dotación en las habitaciones, control del aire acondicionado, espejos “para rasurarse”, entre otros.

Otras quejas sobre la Villa Bolivariana

“Desafortunamente no pudimos entrar a la Villa y compartir con todos los atletas allí, entonces nos tocó hospedarnos en un hotel”, dijo Clara Guerrero, deportista colombiana.

Acira Valdez, de Panamá, asegura que ‘en su piso’ no han tenido problemas, pero que las dificultades técnicas dentro de la Villa “son normales en un evento tan grande”. 

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Otros deportistas consultados por EL PILÓN expresaron que los relatos anteriores son ciertos, pero que prefieren que sean los jefes de misiones los que se pronuncien sobre el particular  “porque es un tema político”. 

Es importante mencionar que las villas deportivas son primordiales en la realización de los grandes eventos multideportivos sean olímpicos, panamericanos, centroamericanos o, como el caso de Valledupar 2022, bolivarianos.

Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN. 

@andreaguerraperiodista

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