James Rodríguez charló muy relajado con Westcol, un joven colombiano de 20 años que hace transmisiones en Twitch, y allí contó lo bueno y lo malo de ser una persona tan reconocida a nivel nacional e internacional.

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Lo bueno de la fama, según James Rodríguez

Él, quien tiene varios lujos, dice que se siente muy agradecido con los colombianos porque siempre le manifiestan su cariño, aunque no falta aquel que hace críticas destructivas a las que no les presta atención.

De hecho, James no niega que recibir ese calor humano que tanto le gusta de Colombia es bueno cuando viene al país, tal como sucedió en las últimas vacaciones, cuando estuvo en su casa en Antioquia y estuvo disfrutando con sus amigos y familiares.

Hay gente que me quiere mucho porque yo voy por la calle y me saludan, piden fotos, autógrafos, eso quiere decir que se han hecho cosas buenas, pero está bueno que un día yo diga quiero ser uno más”, expresó.

(Vea acá: James Rodríguez confesó que estudia para ser directivo y le puso edad a su retiro)

Lo feo de la fama, según James Rodríguez

Uno de los ejemplos que más fácil demuestra la sencillez con la que a él le gustaría vivir la compartió con este popular ‘streamer’ colombiano que llegó a tener más de 4.000 personas viendo su charla con James, que parece está buscando nuevo destino.

“A veces que quiero pasar como uno más. Quiero ir a Colombia y comerme en una esquina un perro. Eso no tiene precio y yo no puedo hacerlo”, confesó James.

Para darse ese tipo de gustos, aunque él reconoce que intenta cuidar al máximo su alimentación para poder competir al máximo nivel, James necesita que otras personas hagan las compras por él.

“Hace 10 años, por ahí”, dijo sobre la última vez que comió en un puesto de la calle-en Bogotá habrá toxitour pronto-, pues para esa época era un joven que se estaba dando a conocer en el Porto y en la Selección Colombia, pero que no tenía la misma fama de ahora.