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Colombia ha confirmado su participación en el Mundial de Fútbol de 2026 que se disputará en Norteamérica, lo que reaviva el debate sobre qué futbolistas originarios del Cesar podrían hacer parte de la nómina nacional. La región cesarense, ubicada en la costa norte de Colombia, aunque históricamente ha contribuido jugadores de renombre—sobre todo en posiciones como arquero y mediocampista—ha contado con una representación limitada en el escenario mundialista más importante. La historia reciente muestra que solo tres futbolistas cesarenses han estado presentes en listas de convocados o han participado directamente en Copas del Mundo, lo que marca una participación modesta en comparación con otras regiones futboleras del país.
José María Pazo, arquero destacado en Junior de Barranquilla, integró la Selección Colombia durante el Mundial de Estados Unidos 1994, pero no llegó a disputar minutos oficiales. José Fernando Cuadrado, igualmente guardameta, formó parte de la plantilla en Rusia 2018, aunque relegado como tercer portero tras David Ospina y Camilo Vargas, participando únicamente en un encuentro amistoso con la tricolor. Farid Díaz, de desempeño sobresaliente en Atlético Nacional, fue convocado para las Eliminatorias y la Copa América Centenario, acumulando 11 partidos oficiales, pero tampoco sumó minutos durante la Copa Mundial de Rusia 2018, según el registro del Observatorio del Fútbol Colombiano.
Este historial evidencia un patrón: la contribución del Cesar, en cuanto a tiempo efectivo de juego en Mundiales, ha sido fenómeno de escasa frecuencia. Con miras a 2026, el panorama se vislumbra diferente para la región. Dos nombres destacan como posibles representantes: Willer Ditta y Jorman Campuzano. Ditta, experimentado defensor central del Cruz Azul mexicano, ha forjado una carrera sólida en Colombia, Argentina y México, logrando títulos relevantes y reconocimiento como mejor defensor de la Liga MX, además de contar con minutos en compromisos oficiales de la Selección Colombia bajo la conducción técnica de Néstor Lorenzo.
Por su parte, Jorman Campuzano, mediocampista de 29 años hoy en Atlético Nacional, ha resaltado por su madurez futbolística y participación en microciclos y amistosos de la selección nacional, luego de períodos en el fútbol argentino y turco. La posible presencia de estos futbolistas en la convocatoria refleja tanto el crecimiento individual como el impulso colectivo que la región necesita para aumentar su impacto en la Selección Colombia.




Así lo corrobora el Observatorio del Fútbol Colombiano, que destaca la importancia de promover talentos locales fuera de las tradicionalmente fuertes Bogotá, Medellín o Cali para fortalecer la representación nacional. Además, según un informe de la Federación Colombiana de Fútbol, más del 70% de los convocados a los últimos cuatro mundiales han surgido de equipos internacionales o campeonatos domésticos de alto nivel competitivo, subrayando el peso de la experiencia internacional y el rendimiento en clubes destacados para acceder a la Selección Mayor.
Comparando con otras regiones, el Cesar sigue rezagado frente a departamentos como Antioquia y Valle del Cauca, reconocidos por su infraestructura y tradición en la formación de futbolistas mundialistas, respaldados por informes de medios nacionales como El Tiempo. Ante este panorama, uno de los grandes desafíos consiste en consolidar el trabajo de base y las políticas de desarrollo deportivo para facilitar la continuidad y proyección de sus talentos. El Ministerio del Deporte subraya que la articulación de esfuerzos regionales y nacionales será clave para que nuevos jugadores cesarenses se sumen, de modo estable, al listado mundialista colombiano.
En síntesis, la clasificación al Mundial 2026 abre una oportunidad histórica para que la región del Cesar incremente su huella en la Selección Colombia, con jugadores listos para consolidar una presencia regional que trascienda lo simbólico y fomente la equidad en la representación futbolística nacional.
¿Qué se requiere para que un futbolista del Cesar llegue a la Selección Colombia? Para que un jugador cesarense logre posicionarse en la Selección Colombia, se requiere una combinación de talento, disciplina y continuidad en el alto rendimiento. De acuerdo con los reportes de la Federación Colombiana de Fútbol y el Ministerio del Deporte, resulta determinante el apoyo en las divisiones inferiores y clubes locales, así como la visibilidad en torneos internacionales. Estos elementos, sumados a la existencia de políticas deportivas articuladas, proporcionan las condiciones para que los futbolistas de regiones menos tradicionales puedan alcanzar el máximo nivel competitivo y ser considerados en la selección nacional. La experiencia en ligas internacionales o en campeonatos domésticos competitivos también aumenta significativamente las probabilidades de convocatoria.
La región del Cesar enfrenta el reto de fortalecer su infraestructura y red de talentos para cerrar la brecha histórica con departamentos de mayor tradición futbolística. El desarrollo sistemático de jugadores desde las escuelas locales, seguido de la proyección a clubes de renombre y competencias internacionales, facilita el camino hacia la Selección y contribuye a una mayor diversidad regional en el fútbol colombiano.
¿Por qué la representación regional en la Selección Colombia es relevante para el fútbol nacional? La representación de diversas regiones en la Selección Colombia cobra importancia al garantizar que el talento futbolístico del país no se limite a unas pocas zonas históricamente favorecidas. Según el Observatorio del Fútbol Colombiano, una selección nutrida de distintas realidades regionales enriquece el nivel competitivo y permite visibilizar jugadores con estilos y trayectorias variadas. Esto fomenta la inclusión y amplía el espectro de jóvenes talentos que pueden aspirar a llegar al nivel profesional y nacional.
Adicionalmente, una presencia regional equilibrada aporta a la legitimidad y sentido de pertenencia de la Selección Colombia en todo el territorio, generando vínculos simbólicos y de identidad más fuertes entre la selección y la ciudadanía. La descentralización del fútbol impulsa el desarrollo deportivo integral, contribuye a la equidad y ayuda a democratizar oportunidades en uno de los deportes más representativos del país.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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