La información revelada por el diario francés Le Monde, la cual indica que el británico Christopher Froome fue vetado para correr el Tour por los organizadores de la competencia debido al positivo por exceso de salbutamol en la Vuelta a España de 2017, fue confirmada a la agencia AFP pese al silencio que los voceros de la carrera han tenido al respecto.

Sin embargo, su presencia en la línea de salida el 7 de julio, depende de la decisión de 3 árbitros para este asunto, uno elegido por el Sky, otro por los organizadores del Tour (ASO) y el tercero por el Comité olímpico francés. Este trío debe pronunciarse, no sobre el fondo (control antidopaje), pero sí sobre las consecuencias de la presencia de Froome en la carrera.

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Según el reglamento (artículo 29), el Tour de Francia tiene “la posibilidad de rechazar la participación de un equipo o de uno de sus miembros si su presencia pudiera dañar la imagen o reputación de ASO o de la prueba”.

En el pasado, los organizadores del Tour rechazaron a uno o más corredores en 3 ediciones. No obstante, los ciclistas fueron apoyados por las instancias UCI en 1999, TAS en 2006 y CAS en 2009.

El Sky, que aún no ha anunciado los nombres de los 8 corredores que presentará en el Tour, reaccionó en la página web de Cyclingnews señalando que: “Confiamos en que Chris esté en la salida porque sabemos que no hizo nada malo”.