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El Deportivo Pereira atraviesa en 2024 una crisis financiera significativa que pone en jaque su sostenibilidad, justo después de una de las etapas más exitosas en su historia reciente. Según el informe de la Superintendencia de Sociedades, tras haber logrado ganancias en 2023, el club ha entrado en una fase de pérdidas este año, lo que ha desembocado en retrasos en el pago de salarios al plantel profesional. Esta situación revive una problemática estructural ya evidenciada hace una década y subraya las dificultades de instituciones deportivas medianas en Colombia para mantenerse competitivas frente a equipos económicamente más robustos, sin un modelo financiero sostenible.
El recorrido económico del club muestra una serie de altibajos marcados por decisiones de gestión que alternan entre el éxito y la inestabilidad. En 2014, el Deportivo Pereira enfrentó una coyuntura crítica: acumulaba deudas superiores a tres millones de dólares y se encontraba al borde de la liquidación judicial, disputando partidos sin público y sufriendo derrotas automáticas (“W”) por incumplimientos. Al mismo tiempo, el protagonismo del fútbol local se desplazaba hacia Águilas, otro club profesional de Pereira, lo que aumentaba la presión institucional. Fue en ese contexto que Duván Vázquez, experto en saneamiento económico de equipos deportivos, diseñó un modelo de recuperación centrado en la formación de jugadores locales e integrando las divisiones menores y el primer equipo mediante una filosofía de juego uniforme.
Este modelo propició la emergencia de talentos como Juan Camilo “Cucho” Hernández y Jorman Campuzano, quienes fueron determinantes para el regreso del club a la primera división y la consecución del título de Liga en 2022. Sin embargo, como lo advierte Vázquez en entrevista con el medio La Patria, el abandono de esta estrategia a partir de 2023, orientándose a la compra de jugadores consagrados y costosos, desestabilizó otra vez las finanzas. Este giro validó las advertencias de análisis económicos internacionales citados en Sports Management Review y el Journal of Sport and Social Issues, que señalan los riesgos de priorizar inversiones inmediatas en detrimento de la cantera como base de sustentación a largo plazo.
A nivel económico, la estructura de ingresos de un club intermedio como Pereira es limitada: entre 6.000 y 8.000 millones de pesos colombianos (COP) por derechos de televisión, 2.500 a 3.000 millones por taquilla en temporadas promedio, y hasta 2.000 millones por patrocinios, lo que configura un presupuesto máximo sostenible entre 10.000 y 12.000 millones de pesos anuales. Superar este monto en el pago de nóminas profesionales representa un riesgo mayúsculo, pues los resultados deportivos no siempre compensan la elevación de los gastos, tal como advierten los reportes de la Federación Colombiana de Fútbol y estudios académicos de la Universidad Nacional de Colombia.




Vázquez insiste en que el éxito sostenible surge de una sólida estructura organizativa y un modelo formativo persistente, aspectos que paradójicamente han sido ignorados por lapsos en el club. Fortaleza CEIF e Independiente del Valle son citados como modelos a seguir, pues no solo consolidaron el desarrollo de talentos sino que generaron ingresos a través de transferencias y logros deportivos. Este modelo formativo, respaldado por investigaciones, es esencial para clubes con recursos limitados que aspiran a crecer y mantenerse competitivos.
La experiencia reciente del Deportivo Pereira es una lección para la dirigencia del fútbol colombiano: el equilibrio entre la pasión, la ambición de resultados y la gestión estratégica es crucial. Apostar solo por fichajes de alto costo puede llevar a ciclos de crisis, como lo muestra la historia del club. Sostener una estructura basada en la formación, la planificación y una administración austera pero eficiente es la vía para evitar que los sueños deportivos se desvanezcan frente a las realidades económicas.
¿Cómo funcionan las “W” por incumplimiento en el fútbol profesional? En el contexto del fútbol profesional, un “W” corresponde a la asignación automática de la victoria a un equipo cuando su rival no alcanza a cumplir con los requisitos establecidos para disputar un partido. Esto puede deberse a causas como la inhabilitación del equipo por deudas, la falta de pago de pólizas obligatorias o la imposibilidad de presentar un número mínimo de jugadores en cancha, como evidenció la historia reciente de Deportivo Pereira. Este mecanismo, ampliamente documentado en informes de la Federación Colombiana de Fútbol y en la entrevista con Duván Vázquez, afecta la credibilidad y continuidad de los torneos, y suele ser reflejo de problemas administrativos y financieros profundos en los clubes.
¿Por qué es fundamental la formación de jugadores en los clubes medianos? La formación de jugadores locales representa la columna vertebral para la sostenibilidad de los clubes medianos, como muestra el caso del Deportivo Pereira. La apuesta por la cantera permite reducir costos en contrataciones y abre la posibilidad de obtener ingresos por transferencias de talentos al exterior, como ocurrió con futbolistas surgidos de las filas “matecañas”. Adicionalmente, fortalece la identidad institucional, aprovecha el arraigo regional y construye bases competitivas mucho más estables que la dependencia de fichajes externos ocasionales. Los estudios mencionados y las experiencias recientes demuestran que la formación constituye una ventaja diferencial decisiva para clubes con recursos financieros limitados.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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