Después de que las autoridades reconstruyeran lo ocurrido la noche de la muerte de Correa, el empresario Brittes, su esposa Cristiane y la hija de ambos, de 18 años, fueron arrestados y deberán responder por los cargos de homicidio calificado y coacción de testigos.
La policía aseguró que Daniel Correa, el fallecido futbolista, tenía 13,4 decigramos de alcohol por litro de su sangre, según el examen toxicológico, por lo que el brasileño no tenía condiciones para “violar a alguien” ni de defenderse de las agresiones, informa el diario Globo.
De igual manera, las inconsistencias en los testimonios por parte del asesino, su esposa y su hija , Allan Brittes, dice el diario El Comercio, desbarataron las versiones de Brittes, que en su momento, aseguró que derribó la puerta para, supuestamente, defender a su mujer, pero luego dijo que subió por la ventana.
“Ellos (familia Brittes) comenzaron mintiendo, inventaron una historia, cambiaron la versión, la modificaron, con coacción de testimonios”, señaló el comisario de la policía, Amadeu Trevisan, citado por El Comercio.
Además, el abogado de otros 2 hombres acusados de ser cómplices en el homicidio de Correa, dice Globo, aseguró que los sospechosos estaban bajo “amenazas” y con “miedo”; y que intentaron detener a Brittes cuando golpeaba al jugador.
Los hombres confesaron que sí estaban en el carro que trasladó al futbolista a la zona rural donde fue encontrado con sus genitales mutilados, pero se defendieron, según el medio brasileño, diciendo que no participaron en el asesinato.
Mientras los Brittes esperan por su juicio, los otros 2 sospechos se mantienen en prisión preventiva.
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